“Cuando alguno es
tentado, no diga que es tentado de parte de Dios; porque Dios no puede ser
tentado por el mal, ni él tienta a nadie.” Santiago 1:13
Aunque algunos creen en el antiguo concepto de que Dios
es responsable de nuestra tentación y de nuestro pecado, Santiago prohíbe tal
concepto en el versículo de hoy.
Santiago advierte contra el justificar nuestro pecado y
culpar a Dios en medio de nuestra lucha contra la tentación. Cuando esté luchando con la tentación y
casi a punto de rendirse, no se justifique diciendo que Dios lo está tentando.
Suponiendo que nadie acuse a Dios de hacer que él peque,
Santiago quiere decir que no debemos ni siquiera pensar en Dios como la causa
de nuestros pecados. La mayoría de las personas no llegan tan lejos como para
ver a Dios como el tentador directo, pero sí creen que Dios es indirectamente
el culpable por haber permitido la situación y la posibilidad del fracaso. Pero
Dios no es el causante directo de la tentación, ni es siquiera su causa remota.
Nunca se considere una víctima de la providencia de Dios.
JOHN MACARTHUR
- (Devocional "LA
VERDAD PARA HOY")