"Y yo pondré
redención entre mi pueblo y el tuyo. Mañana será esta señal." Éxodo 8:23
Faraón tiene un pueblo y el Señor tiene un pueblo. Estos
pueden cohabitar, y parecería que les va igual a ambos, pero hay una división
entre ellos, y el Señor la hará manifiesta. Un evento no sucederá de igual
manera para todos a perpetuidad, sino que habrá una gran diferencia entre los
hombres del mundo y el pueblo de la elección de Jehová.
Esto podría ocurrir en el tiempo de los juicios, cuando
el Señor se convierta en el santuario de los santos. Es muy notable en la
conversión de los creyentes cuando su pecado es quitado, mientras los
incrédulos permanecen en la condenación.
A partir de ese momento
ellos se convierten en una raza distinta, se someten a una nueva disciplina, y
gozan de nuevas bendiciones. Sus
hogares, a partir de ese momento, están libres de la gravosa caterva de males
que contaminan y atormentan a los egipcios. Son protegidos de la contaminación
de la lascivia, de la mordedura del afán, de la corrupción de la falsedad, y
del cruel tormento del odio, que devora a muchas familias.
Ten la seguridad, atribulado creyente, que aunque tengas
tus aflicciones, eres salvado de enjambres de peores aflicciones que infestan
los hogares y los corazones de los siervos del Príncipe de este mundo. El Señor
ha puesto una división; tú has de mantener esa división en espíritu, en metas,
en carácter y en las compañías que frecuentas.
CHARLES SPURGEON - (Devocional "MEDITACIÓN DE HOY")