"Y les será
perdonado, porque yerro es." Números 15: 25
Debido a nuestra ignorancia no estamos plenamente
conscientes de nuestros pecados de ignorancia (yerros). Sin embargo, podemos
estar seguros que son muchos, tanto en la forma de comisión como de omisión.
Podríamos estar haciendo, como un servicio a Dios, aquello que Él no ha
ordenado y que no puede aceptar nunca.
El Señor conoce cada uno de estos pecados de ignorancia.
Esto muy bien debería alarmarnos, pues en justicia Él requerirá de nuestra mano
estas ofensas; pero por otro lado, la fe espía consuelo en este hecho, pues Él
Señor tendrá cuidado de que las manchas que son invisibles para nosotros, sean
limpiadas. Él ve el pecado para dejar de
verlo después que lo arroja detrás de Su espalda.
Nuestro gran consuelo es que Jesús, el verdadero
sacerdote, ha hecho expiación por toda la congregación de los hijos de Israel.
Esa expiación garantiza el perdón de pecados desconocidos. Su sangre preciosa
nos limpia de todo pecado. Ya sea que nuestros ojos lo hayan visto y hayan
llorado por él, o no, Dios lo ha visto, Cristo lo ha expiado, el Espíritu Santo
da testimonio de su perdón, y de esta manera tenemos una triple paz. Oh Padre mío, yo ensalzo Tu conocimiento divino, que no
sólo percibe mis iniquidades, sino que provee de una expiación que me libra de
la culpa de ellas, incluso antes de saber que soy culpable.
CHARLES SPURGEON - (Devocional "MEDITACIÓN DE HOY")