¡Gracias por hacerme tan
maravillosamente complejo! Tu fino trabajo es maravilloso." (Salmos 139:14
NTV)
Entonces, ¿cómo deberías ver el papel que desempeña tu
apariencia física?
1) Con gratitud. Agradécele a Dios por haberte creado para ser una
persona única. No eres el resultado de una genética aleatoria; eres alguien
auténtico y fuera de serie, diseñado por Dios para ocupar un lugar que nadie
más puede ocupar. ¡Él es quien te hace ser quien eres! "Tú creaste las
delicadas partes internas de mi cuerpo y me entretejiste en el vientre de mi
madre"; "¡Gracias por hacerme tan maravillosamente complejo! Tu fino
trabajo es maravilloso..." (Salmo 139:13-14). No saliste de una cadena de
producción como un producto diseñado para cumplir con una cuota. No, el
Arquitecto Divino te prestó atención de forma individual y detallada. El
salmista afirma: "Tú me observabas mientras iba cobrando forma... mientras
se entretejían mis partes en... la matriz" (Salmos 139:15 NTV). Eso sí que
es prestar la máxima atención posible, ¿no? Así que da gracias a Dios porque
fuiste creado, inspeccionado y aprobado en el cielo antes de que movieras un
dedo en la Tierra.
2) Con entendimiento. Descubre el propósito de Dios para tu vida. No fuiste
diseñado para impresionar a otros ni buscar su visto bueno. Para Dios, tu
apariencia no mide lo que vales. "...El Señor no ve las cosas de la manera
en que tú las ves. La gente juzga por las apariencias, pero el Señor mira el
corazón" (1 Samuel 16:7 NTV). Empieza a verte como Dios te ve. Al fin y al
cabo, Su opinión es la única que importa. Es más, "...Dios...ya había
decidido que [los de su pueblo] fueran semejantes a su Hijo..." (Romanos
8:29 TLA). ¡Alégrate! Dios no habrá acabado de trabajar contigo hasta que te
haya hecho como Jesús.
"Por amor de Sión no callaré y por amor de Jerusalén
no descansaré... hasta que restablezca a Jerusalén y la ponga por alabanza en
la Tierra..." (Isaías 62:1-7)
BOB Y DEBBIE GASS - (Devocional "LA PALABRA
PARA HOY")