“Habiendo purificado
vuestras almas por la obediencia a la verdad, mediante el Espíritu, para el
amor fraternal no fingido.” 1 Pedro 1:22
Los cristianos tenemos la gran responsabilidad de amar a
los demás, pero ¿cómo la cumpliremos? Comprendiendo nuestro recurso.
El amor está a nuestro alcance, y es nuestra culpa si no
aprovechamos el recurso necesario. Tenemos que someternos al Espíritu y
aprender a amar. Debemos purificar nuestro corazón confesando nuestro pecado y
comprender la urgencia de atraer a otros a Cristo mediante nuestro amor.
Tenemos que tomar una decisión consciente de amar a los demás, tener comunión
con otros creyentes y pensar en los demás y no en nosotros mismos. Y debemos considerar el efecto de amar a
otros. El amor que se da inevitablemente regresa.
Cuando Dios lo salvó a usted, Él lo hizo una nueva
criatura con la capacidad de cumplir la deuda del amor. La fuente del amor es
inagotable. Usted tiene el privilegio de representar a Dios en el mundo amando
a los demás como Él los amó y recibir amor a cambio.
JOHN
MACARTHUR - (Devocional "LA VERDAD PARA
HOY")


