"...NO SOIS... VUESTROS PROPIOS DUEÑOS" (1
Corintios 6:19 CST)
Imagínate a dos
personas enfrente de una casa. Una de ellas dice: 'Ésta es mi casa'. La otra
pregunta: '¿Cómo así?' El primero contesta: 'Por tres razones: Yo la edifiqué,
la pagué y vivo en ella'. Consideremos la primera razón de por qué le
perteneces a Dios: La Creación. Hay quienes sostienen que procedemos de una
ameba. El problema es que no saben decirnos de dónde viene la ameba. La Biblia
afirma: "Y creó Dios al hombre a su imagen... varón y hembra los
creó" (Génesis 1:27). Hay muchos otros que sostienen que el origen de la
tierra fue una increíble explosión, la llamada teoría del big bang. Pero si les
refutaras diciendo: 'El vehículo que conduces ahora es el resultado de una
explosión en la fábrica de automóviles', pensarían que estás loco.
Si hay un producto, es porque alguien lo diseñó; si hay
una creación, tiene que haber un Creador. Y puesto que Dios te hizo, tiene
derechos sobre tu vida. La Biblia dice: "¿O ignoráis que vuestro cuerpo es
templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual habéis recibido de
Dios, y que no sois vuestros?, pues habéis sido comprados por precio;
glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales
son de Dios" (1 Corintios 6:19-20). Dios no sólo te creó, sino que te
también te dio ciertos dones para que puedas cumplir Sus propósitos y darle
gloria. Entonces, antes de que escriban tu esquela mortuoria, pregúntale a Dios
para qué has nacido. A menos que cumplas el propósito para el que fuiste
creado, no podrás llenar ese vacío interior que tiene la forma de Dios.
"Por amor de Sión no callaré y por amor de Jerusalén
no descansaré... hasta que restablezca a Jerusalén y la ponga por alabanza en
la Tierra..." (Isaías 62:1,7)
BOB Y DEBBIE GASS - (Devocional Diario "LA PALABRA
PARA HOY")


