“Mi Padre que me las
dio, es mayor que todos, y nadie las puede arrebatar de la mano de mi Padre.” Juan
10:29
Lamentablemente, muchos creyentes a lo largo de la
historia de la iglesia, incluso muchos en la actualidad, se han negado a creer
que Dios garantiza la seguridad eterna de ellos. Tal negación se deriva de la
errónea convicción de que esa salvación es un esfuerzo cooperativo entre las
personas y Dios. Tal razonamiento dice
que un Dios Todopoderoso no dejará de hacer su parte, pero que un cristiano
falible pudiera dejar de hacer la suya.
Pero el creer en lo que dice la Biblia acerca de la
salvación, que viene solo de un Dios soberano, lo llevará a la confianza de que
su salvación es segura. Si la salvación es toda de Dios, entonces puede saber
con certeza que Él no dejará de asegurarla. Cualquiera que sea verdaderamente
hijo de Dios no tiene nunca que temer perder su ciudadanía en el cielo. Y si
usted lo es, puede confiar en las palabras de Cristo del versículo de hoy de
que “nadie las puede arrebatar de la mano de mi Padre”.