jueves, 22 de agosto de 2013

Tres formas de ataque (2) 22 agosto



"...EL DIABLO... LO PUSO SOBRE EL PINÁCULO DEL TEMPLO" (Mateo 4:5)

El ataque del pináculo. Consideremos la segunda tentación de Jesús: "El diablo lo llevó a la santa ciudad, [y] lo puso sobre el pináculo del Templo" (Mateo 4:5). Aquí se trata del miedo al fracaso. Satanás te susurrará al oído: 'Ahora estás en el pináculo del éxito, pero podrías caerte fácilmente', y te recordará tus fracasos anteriores y los otros líderes que se vinieron abajo. Te dirá: 'Si la gente conociera de verdad tus debilidades o las luchas internas que tienes, no te respetarían'. Existen dos clases de temores: uno bueno y otro malo. El primero te mantendrá dependiendo de Dios y te protegerá del orgullo y la autosuficiencia. "...El que piensa estar firme, mire que no caiga" (1 Corintios 10:12).

Pero existe también un temor perjudicial, que hará que te quedes en el barco cuando Jesús te llame a que salgas y camines con Él sobre las aguas. Podrás aludir: 'Pedro casi se ahoga'. Es verdad, ¡pero fue el único discípulo que tuvo la increíble experiencia de andar sobre el mar! El hecho de que tengas fe no significa que a veces no te sientas desanimado. Sin embargo tú eliges: ceder ante el temor o confiar en el Dios que te llamó y que siempre te ha sustentado y dado la fortaleza necesaria para enfrentar cualquier contrariedad. Si tu seguridad proviene de tus talentos o de tu intelecto, existen buenos motivos para estar temeroso. Pero si proviene de Dios, no deberías temerle a nada.

"Por amor de Sión no callaré y por amor de Jerusalén no descansaré... hasta que restablezca a Jerusalén y la ponga por alabanza en la Tierra..." (Isaías 62:1,7)


BOB Y DEBBIE GASS - (Devocional Diario "LA PALABRA PARA HOY")






TRADUCCIÓN