“Vendrá tiempo cuando no
sufrirán la sana doctrina... Pero tú sé sobrio en todo.” 2 Timoteo 2:15
El profeta Isaías dio este buen consejo respecto a
reconocer la falsa doctrina: “¡A la ley y al testimonio! Si no dijeren conforme
a esto, es porque no les ha amanecido” (Is. 8:20). Las doctrinas heréticas y
los falsos credos no pueden resistirse al escrutinio de la luz divina de la
Biblia.
Los falsos credos nunca
enseñan la necesidad de entrar por la puerta estrecha de Cristo o andar por su
camino angosto. A primera vista su contenido pudiera parecer
ortodoxo y exigir verdadera fe, pero al final su mensaje radicará en el fundamento
de las obras humanas y enseñará la salvación por el esfuerzo humano. Tales
credos no mostrarán la profundidad o el peligro del pecado y de la depravación
humana, y como consecuencia no presentarán la necesidad del arrepentimiento,
del perdón y de la sumisión al Señor.
El mensaje de todos los falsos credos es un mensaje de
deficiencias, y la mayor de todas es la omisión de la verdad del evangelio que
salva.
JOHN MACARTHUR
- (Devocional Diario "LA
VERDAD PARA HOY")