"EL TEMOR DEL SEÑOR ES EL PRINCIPIO DE LA
SABIDURÍA..." (Proverbios 9:10)
En un mundo
descontrolado, queremos un dios a quien podamos controlar: una presencia
alentadora que nos bendiga, nos proporcione lo que necesitamos y nos aconseje,
una especie de "Dios enmarcado". Pero cuando se trata de Jesucristo,
no hay marco adecuado para Él. Sus contemporáneos trataron de meterlo en
varios, pero en ninguno encajó. Le tacharon de revolucionario, pero pagaba
impuestos. Le llamaron carpintero de pueblo, sin embargo él maravilló a los
doctores de la ley. Los líderes religiosos vinieron a ver sus milagros, pero
Jesús se negó a entretenerlos. Jesús era un judío que atraía a los gentiles, un
rabí que no enseñaba en las sinagogas, un santo que se juntaba con prostitutas.
En una sociedad machista, tenía mujeres en su equipo; en una cultura hostil a
Roma, decidió no denunciar al invasor. Jesús hablaba como un rey pero vivía
como un peregrino. La gente trató de enmarcarlo, pero nadie lo consiguió. Y nosotros tampoco lo lograremos; es más,
¡ni siquiera debemos intentarlo!
"El temor del
Señor es el principio de la sabiduría..." (Proverbios 9:10). La mayoría de
nuestros miedos son infundados y nos roban la paz y el gozo. Pero el temor del
Señor hace lo contrario. Escribe alguien: "No hay nada neurótico en temer
a Dios; lo neurótico es no temerlo, o temer las cosas equivocadas. Por eso Dios
eligió ser conocido por nosotros, para que no tengamos miedo de las cosas que
no debemos. Cuando Dios se nos revela por completo y por fin "cobra
sentido", entonces nuestros temores se convierten en "el temor del
Señor". Reconocer esto con sinceridad nos lleva a admitir que Él es Dios,
y no nosotros".
"Por amor de Sión no callaré y por amor de Jerusalén
no descansaré... hasta que restablezca a Jerusalén y la ponga por alabanza en
la Tierra..." (Isaías 62:1,7)
BOB Y DEBBIE GASS - (Devocional Diario "LA PALABRA
PARA HOY")