“Mi yugo es fácil, y
ligera mi carga.” (Mateo 11:30)
Jesús se describió a sí mismo como “manso y humilde de
corazón” (Mt. 11:29); por lo tanto, Él da descanso, no cansancio, a todos los
que se someten a Él y hacen su obra. En Cristo usted no solo tiene a un
Salvador, sino también a uno que lleva la carga. Él lo ayuda a llevar todas sus
cargas, incluso la carga de la obediencia.
Cristo nunca le dará una
carga demasiado pesada de llevar. Su yugo no
tiene nada que ver con las exigencias de la ley ni con las obras humanas. Más
bien pertenece a la obediencia del cristiano a Dios, que Él quiere hacerla una
experiencia alegre y feliz. Dé gracias a Dios por dar a alguien tan
misericordioso que lleve la carga en la persona de su Hijo.
JOHN MACARTHUR
- (Devocional Diario "LA
VERDAD PARA HOY")