“entonces llegó Jesús con ellos a un lugar que se llama
Getsemaní y dijo a sus discípulos: sentaos aquí entre tanto que voy allí y oro.” Mateo 26:36
La agonía de la
muerte de Jesús, comenzando en el Huerto de Getsemaní es algo que los creyentes
nunca comprenderemos completamente.
Charles Spurgeon en
un sermón en 1880 dijo a su congregación: "nunca será suficiente para ti
el escuchar o leer de Cristo, debes de pensar por ti mismo y considerar al
Señor, enciérrate con Jesús si quieres conocerlo" Sin embargo, aún para
aquellos seguidores de lo que dijo Spurgeon, de meditar en la persona de Jesús
y su ministerio encuentran que su esfuerzo revela tanto de ÉL que va más allá
de la comprensión humana.
Mientras estudiamos
los eventos que nos guían a la muerte sacrificial del Señor, también nos damos
cuenta de que es difícil comprender el significado completo de muchos de ellos.
Aún con la ayuda de la iluminación del Espíritu, encontramos el peso de la
agonía de Jesús y sufrimiento más de lo que nuestras mentes pueden comprender.
El hombre-Dios podía percibir la llenura del horror del pecado de una forma que
nosotros nunca podríamos hacerlo.
Como cualquier aspecto de la vida de Jesús, Su agonía en
Getsemaní fue parte del plan previamente planeado de Dios de redención. El dolor intenso de
Cristo y su lucha mental al enfrentar Su misión de llevarse el pecado del mundo
encaja perfectamente con la descripción de la Escritura de Él. El profeta
Isaías predijo que Él sería hombre "despreciado y desechado entre los
hombres, varón de dolores, experimentado en quebranto" (Isa 53:3) en Juan
11:35 "Jesús lloró" ante la tumba de Lázaro. Lucas 19:41 nos dice que
en su entrada triunfal a Jerusalén "vio la ciudad y lloró sobre ella"
La experiencia del
Señor Jesús en Getsemaní fue la acumulación final de todos los dolores y
quebrantos que tendría que enfrentar en su ministerio en la tierra. Y nuestro
Señor, a través de la oscura lucha en el Huerto, es el mejor ejemplo que nunca
tendremos de la respuesta divina hacia los problemas y tentaciones. En vista de
Su muerte sacrificial por nosotros, Su respuesta ante la adversidad debería
causarnos el pararnos en asombro de nuestro gran Salvador y el deseo de seguir
Su ejemplo. ORACIÓN. Señor te pido
que me fortalezcas para decidir seguir Tu ejemplo al enfrentar los problemas,
en el nombre de Jesús, amén.