sábado, 24 de diciembre de 2022

Vive un día a la vez 24 diciembre



“Y el Señor dijo a Moisés: He aquí yo os haré llover pan del cielo; y el pueblo saldrá, y recogerá diariamente la porción de un día, para que yo lo pruebe si anda en mi ley, o no.” Éxodo 16:4


En este pasaje Dios le promete a Moisés que él alimentaría al pueblo de Israel mientras cruzaban el desierto hacia la tierra prometida, enviándoles pan del cielo. Pero le advierte que cada día debían recoger la porción correspondiente a ese día y nada más. Más adelante Moisés les recordó que debían limitarse a recoger estrictamente lo que habrían de comer cada día y que no dejaran nada para el próximo día (Éxodo 16:19). “Mas ellos no obedecieron a Moisés, sino que algunos dejaron de ello para otro día, y crió gusanos, y hedió; y se enojó contra ellos Moisés.” (Éxodo 16:20).

A través de toda la Biblia Dios nos exhorta a disfrutar plenamente de las bendiciones que recibimos de él cada día, sin que la preocupación por el próximo día afecte nuestra paz y nuestro gozo. Hay una tendencia en el ser humano a actuar en contra de este concepto divino, quizás porque sentimos inseguridad por el mañana. Y entonces nos preocupamos excesivamente por el futuro en lugar de vivir tranquilamente el presente. Por eso Jesús, en el Sermón del monte, les dijo a todos: “Así que, no os afanéis por el día de mañana, porque el día de mañana traerá su afán. Basta a cada día su propio mal.” (Mateo 6:34). No habla Jesús en contra de que seamos prudentes y tomemos las medidas necesarias para estar preparados con el fin de responder a distintas situaciones del futuro, sino que nos exhorta a no afanarnos, es decir a no angustiarnos por el mañana antes de saber qué nos traerá el mañana. Si Dios les dijo a los israelitas que recogieran solamente la porción de pan de ese día, fue porque él estaba seguro de que la porción del día siguiente no les faltaría. Desobedecer esta orden significaba falta de fe en el Señor, y por lo tanto traería malas consecuencias. Si Dios nos dice que no nos preocupemos por el mañana es porque él suplirá todas nuestras necesidades cuando llegue el momento.

Cuando Jesús enseñó a sus discípulos la oración modelo, les dijo que pidieran de la siguiente manera: “El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy.” (Mateo 6:11). El pan era un alimento básico en la dieta de los judíos. Y era además un símbolo poderoso de la provisión de Dios para su pueblo en el Antiguo Testamento. Al dirigimos a nuestro Padre celestial de esta manera estamos reconociendo que él es el único que suple todas nuestras necesidades (tanto físicas como espirituales), como dice Filipenses 4:19; y al decirle “dánoslo hoy” estamos manifestando nuestra fe en él al no preocuparnos por el día de mañana.

Al levantarnos en la mañana debemos dar gracias a Dios por el nuevo día, pues sus misericordias son “nuevas cada mañana”, dice Lamentaciones 3:23. David solía levantarse muy temprano a tener un tiempo de comunión con el Señor. En el Salmo 63:1 él escribió: “Dios, Dios mío eres tú; de madrugada te buscaré; mi alma tiene sed de ti, mi carne te anhela.” Cuando creamos el hábito de tener un tiempo de oración temprano en la mañana, y allí encomendamos al Señor el nuevo día, y nos ponemos bajo su dirección y su cuidado encontraremos que todo marchará bien para nosotros, y aun cuando encontremos dificultades sentiremos la mano de Dios ayudándonos. David también alababa a Dios durante el transcurso del día. Así dice el Salmo 145:2: “Cada día te bendeciré, y alabaré tu nombre eternamente y para siempre.” Y al acostarse, de nuevo acudía a Dios en oración: “En paz me acostaré, y asimismo dormiré; porque solo tú, Señor, me haces vivir confiado.” (Salmo 4:8).

David era un hombre conforme al corazón de Dios, que guardaba sus mandamientos y estatutos. Hazte el propósito de seguir la rutina diaria de David. Levántate temprano y pasa un tiempo de oración y lectura de la Biblia. Encomienda a Dios ese día antes de comenzar tus actividades diarias. Durante el día alaba al Señor, dale gracias por sus bendiciones y actúa tratando de agradarlo en todo. Al acostarte, ora dando gracias por el día que ha transcurrido y pide al Señor que su paz te envuelva mientras duermes. Mientras tanto él estará preparando el día de mañana para ti.


ORACIÓN. Padre santo, te ruego me ayudes a vivir un día a la vez, Quita de mí toda preocupación por el pasado que ya pasó y por el futuro que pertenece a ti, y ayúdame a vivir el presente disfrutando de tu amor y tus bendiciones. En el nombre de Jesús, Amén.


 ENRIQUE SANZ – (DEVOCIONAL DIARIO “DIOS TE HABLA”)








TRADUCCIÓN