“Alabad al
Señor, naciones todas; pueblos todos, alabadle.” Salmo 117:1 (Leer: Salmo
117:1-2)
Cuando recién había creído en Jesús como Salvador, un
consejero espiritual me instó a escribir un diario de agradecimiento: un
librito que llevaba a todas partes. A veces, registraba un motivo de gratitud
de inmediato. Otras, lo escribía el fin de semana mientras dedicaba un tiempo a
reflexionar.
Registrar notas de alabanza es una buena costumbre; algo
que estoy considerando volver a hacer. Me ayudaría a tomar conciencia de la
presencia del Señor y dar gracias por su cuidado y provisión.
En el salmo más corto de la Biblia, el 117, el escritor
insta a todos a alabar al Señor «porque ha engrandecido sobre nosotros su
misericordia» (v. 2).
¿Cómo te ha mostrado el Señor su misericordia hoy, esta
semana, este mes o este año? No busques cosas espectaculares. Su misericordia se ve en las circunstancias
comunes y corrientes de cada día. Piensa en cómo la ha mostrado hacia tu
familia, iglesia y otras personas. Inunda tu mente de la grandeza de su
misericordia para todos.
El salmista agregó: «Y la fidelidad del Señor es para siempre» (v. 2, énfasis agregado). En otras
palabras, ¡Él seguirá amándonos! Por eso, tendremos muchas cosas para alabar al
Señor en el futuro. ¡Que la gratitud a Dios caracterice nuestras vidas!
Señor, hoy quiero decirte: «¡Gracias por tu misericordia
y fidelidad!».
Da gracias a Dios por lo común y corriente así como por
lo extraordinario.
(La Biblia en
un año: Zacarías 1–4 — Apocalipsis 18:1-24)
POH FANG CHIA -
(DEVOCIONAL “NUESTRO PAN DIARIO")