domingo, 12 de marzo de 2017

Perfeccionismo o nada 11 marzo





“Y Se llenó de amargura mi alma, y en mi corazón sentía punzadas. Tan torpe era yo, que no entendía; era como una bestia delante de ti. Con todo, yo siempre estuve contigo; me tomaste de la mano derecha. Me has guiado según tu consejo, y después me recibirás en gloria. ¿A quién tengo yo en los cielos sino a ti?”  Salmos 73:21-25


Llegamos ahora a otro camino sin salida: perfeccionismo o nada. Hay un pecado de reciente acuñación: el perfeccionismo.

Yo le tengo un poco de temor a los pecados de nuevo cuño. Cualquier cosa de nuevo cuño puede ser una nueva racionalización. La reciente condenación del “perfeccionismo” es un manto para encubrir las claudicaciones. Cualquiera que quisiese algo radicalmente distinto a lo que es, es estigmatizado como “perfeccionista”. Se nos dice que debemos dedicarnos a “la disciplina de lo que puede ser alcanzado”, que significa adaptarnos a una obtusa mediocridad.

Cuando los cristianos adoptan esa actitud están aceptando una actitud derrotista y mundana. Porque para los cristianos lo que se puede alcanzar es todo lo que existe, hay infinitos recursos a su disposición. Su lema es: “Lo milagroso puede ser hecho de inmediato, lo imposible toma un poco más de tiempo.” Jesús dijo: “Sed, pues, vosotros perfectos, como vuestro Padre que está en los cielos es perfecto.” Nuestra posibilidad de perfección está basada en la perfección actual de Dios. Dediquémonos pues a “la disciplina de lo que se encuentra a nuestra disposición.” “Porque para Dios nada hay imposible”: tal la seguridad dada a María. “Heme aquí para servir al Señor. Como tú has dicho sea hecho” (Lucas 1:37-38). Y dio al mundo un Redentor. Yo no le tengo miedo a la perfección. Le tengo miedo a la adaptación a la imperfección.

Pero luego de haber dicho esto, debo reconocer que hay cierta verdad en los cargos contra el “perfeccionismo”. Y la verdad es ésta: “Mucha gente, porque no lo puede hacer todo, no hace nada; como no pueden ser perfectos, renuncian. Ese es el verdadero peligro. Y muchos caen en él, a veces inconscientemente. Y éste es a menudo un pecado de gente muy buena. Son tan concienzudos que, si no pueden hacer a la perfección cuando emprenden, prefieren no hacer nada. Sus conciencias afinadas a lo más alto, no aprueban nada que no sea lo más alto. Por ello se retiran a una perturbada inactividad. Yo cometí este error respecto del lenguaje. Me propuse un nivel tan alto en el uso del idioma inglés que, cuando no pude alcanzarlo en otros idiomas, los abandoné y me refugié en el uso de intérpretes, muletas que acabaron por tullirme.


ORACIÓN. Oh Dios, tú que nos amas a pesar de nuestras imperfecciones y pecados, ayúdame a amarme a mí mismo a pesar de mis imperfecciones y pecados. Y ya que tú crees en mí a pesar de todo, ayúdame a creer en mí mismo y en los demás, a pesar de todo. Porque yo me hallo bajo tu redención. Amén.


AFIRMACIÓN PARA EL DÍA. "Y los errados de espíritu aprenderán inteligencia y los murmuradores aceptarán la verdad" (Isaías 29:24).




E. STANLEY JONES - (DEVOCIONAL DIARIO “EL CAMINO”)










TRADUCCIÓN