“Acuérdate de tu Creador en los días de
tu juventud, antes que vengan los días malos, y lleguen los años de los cuales
digas: No tengo en ellos contentamiento; antes que se oscurezca el sol, y la
luz, y la luna y las estrellas, y vuelvan las nubes tras la lluvia” Eclesiastés
12:1-2 (Leer: Eclesiastés 12:3-8)
En un libro
estimulante: “Cómo no cansarse nunca”, Mary Beynon Ray clasifica al hastío como
el Enemigo N° 1. En segundo lugar incluye al Temor. Dado el énfasis que ella
hace en el cansancio, es probable que el hastío origine más cansancio que otra
cosa. Pero yo he incluido intencionalmente el hastío hacia el final de la lista
de los enemigos de la personalidad, porque me parece tanto una consecuencia como
una causa. Nos sentimos hastiados porque percibimos que nuestra vida no
resulta, que no estamos en el Camino. El hastío es pues el resultado, de un
sentimiento de vivir fútilmente. Es cierto que el resultado se transforma en
causa. Estamos hastiados y luego nos cansamos. El hastío produce cansancio.
Pero el mismo hastío es originado en un sentimiento de insatisfacción.
Esto se
advierte en las palabras de Edmundo Gosse: “Tú hablas de la paz que traen los
años. Pero a mí ninguna paz me han traído. La vida es agradable, pero no puedo
evitar el terror al pensar que esta suficiencia de los sentidos toque a su fin.
No tengo idea de cómo me parecerá el universo espiritual, porque no he tenido
ningún atisbo de él desde que era pequeño.” Estaba hastiado y hasta aterrorizado de la vida porque no sabía cómo
vivirla. Instintivamente sabía que no estaba en el Camino.
Pero, aun
siendo un subproducto, el hastío puede ser y es devastador. “El hastío del
trabajo doméstico”, dice Mary Baynon Ray, “ha vuelto ciegas a algunas mujeres,
el hastío del esposo las ha vuelto tullidas y el hastío por una suegra las ha
vuelto paralíticas.” Mucha de esta gente hastiada, cree estar físicamente
enferma, ¡y lo están! Pero la causa de su enfermedad no es física, sino mental
y espiritual. Otro autor confirma este hecho: “Más del cincuenta por ciento de
las enfermedades son de origen mental. Más de la mitad de la carga que el país
soporta por manutención de hospitales corresponde a casos mentales, y una gran
parte de esta gente cree que sus enfermedades son de origen físico.” El hastío
retarda el funcionamiento de la maquinaria de vira; el interés la hace
funcionar de nuevo.
ORACIÓN. Oh Cristo viviente, que caminaste por
la Tierra como sano en medio de los enfermos, como fuerte entre los débiles,
radiante entre los hastiados y alerta en medio de los cansados, dame el agua de
tu fuente de vida. Muéstrame cómo vivir de tal manera que tampoco yo me canse
nunca y nunca quede exhausto. Porque constantemente recurriré a tus recursos.
Amén.
AFIRMACIÓN PARA EL DÍA. "Bebe de
tu propia cisterna, bebe agua fresca de tu propio pozo" (Proverbios 5:15).
E. STANLEY JONES - (DEVOCIONAL DIARIO “EL CAMINO”)


