“Escuche el sabio y aumente su saber” (Proverbios
1:5 NVI)
Los siguientes
ejemplos exponen otros tres conceptos erróneos acerca del éxito:
1) Pensamos que el éxito se consigue
gracias a los buenos contactos, así que nos esforzamos por conseguirlos. Las
personas que apoyan esta filosofía creen que “lo podrían haber logrado” si
hubieran nacido en la familia adecuada o conocido a tal o cual persona. Conocer
a personas importantes tiene sus ventajas, pero los buenos contactos en sí no
mejoran tu vida si estás mal encaminado. “Escuche esto el sabio, y aumente su
saber; reciba dirección el entendido” (Proverbios 1:5 NVI).
2) Pensamos que el éxito viene cuando
tenemos influencia, así que trabajamos para conseguirla. Esta idea se ve
reforzada por personas como el empresario Andrew Carnegie, quien expresó: “El
éxito es el poder de adquirir cualquier cosa que uno quiere en la vida”. Luego
extrapolamos esa teoría y damos por hecho de que todas las personas exitosas se
han aprovechado de los demás para ser lo que son ahora, por lo que nosotros
también buscamos la forma de manipular a otros. Pensamos que podemos “forzar”
nuestro camino hacia el éxito; pero normalmente eso no nos funciona y
fracasamos.
3) Pensamos que el éxito es el resultado
de las oportunidades, así que nos quedamos esperándolas. Las personas que
trabajan duro pero al parecer sin conseguir mucho, a veces piensan que lo único
que necesitan es un “cambio radical”. Su lema es “Si tan solo”. Si tan solo mi
jefe me diera algo de libertad ... si tan solo la iglesia estuviera en una zona
mejor ... si tan solo tuviera la financiación necesaria ... si tan solo me
hubiera casado con alguien diferente ... La puerta de las oportunidades lleva
un letrero encima: “¡Empuja!” Pero en realidad, las personas que no hacen nada
sino esperar el éxito, tampoco son capaces de verlo ni de aprovecharlo cuando
viene.
BOB Y DEBBIE GASS - (DEVOCIONAL "LA PALABRA
PARA HOY")