“...entrégate de lleno ... de modo que todos puedan
ver que estás progresando” (1ª Timoteo
4:15 NVI)
Estos son
algunos de los conceptos erróneos más comunes acerca del éxito:
1) Pensamos que el éxito es imposible de
conseguir, así que lo criticamos. Creemos que la vida debería ser fácil, por lo
que suponemos que cualquier cosa difícil debe ser imposible de conseguir.
Luego, cuando el éxito nos elude, tiramos la toalla y decimos: ‘Qué importa, en
realidad no lo necesito’. Y si alguien que consideramos que no lo merece tanto
como nosotros lo consigue, nos enojamos sobremanera.
2) Pensamos que el éxito es algo místico,
así que lo buscamos. El escritor/empresario Seth Godin afirma: “No se gana una
medalla olímpica con unas pocas semanas de entrenamiento intensivo. No se forma
un cantante de ópera en un día. Todas las grandes compañías (y las iglesias)
... han sido construidas exactamente de la misma manera: poco a poco, paso a paso”.
No existen los atajos; debes estar dispuesto a pagar el precio.
3) Pensamos que el éxito sucede por
casualidad, así que esperamos que ocurra. A veces decimos: ‘Fulano estaba en el
lugar adecuado en el momento oportuno’. Las probabilidades de que eso suceda
son las mismas que las de ganar la lotería: una entre 18 millones. Pero si te
has propuesto en serio triunfar, coincidirás con el pequeño empresario que puso
este cartel en su tienda: “Las 57 reglas del éxito: Regla nº 1: Vender la
mercancía. Regla nº 2: ¡Las otras 56 no importan!” Pablo dio a Timoteo su
fórmula para alcanzar el éxito, la cual se puede aplicar en todos los ámbitos
de la vida: “Sé diligente en estos asuntos; entrégate de lleno a ellos, de modo
que todos puedan ver que estás progresando” (1ª Timoteo 4:15 NVI).
BOB Y DEBBIE GASS - (DEVOCIONAL "LA PALABRA
PARA HOY")


