“...constituyó a pastores ... a fin de capacitar al
pueblo de dios para la obra de servicio...” (Efesios 4:11-12 NVI)
Estas son las
dos últimas pautas para contribuir a que el pastor sea más eficaz:
1) No lo limites por lo que haya ocurrido en el
pasado. El “fantasma de los pastores anteriores” puede bloquear lo que Dios
quiere que tu iglesia haga en el presente. No digas ‘Cuando estaba el pastor
fulano, no hubiéramos actuado de tal o cual manera’. Este pensamiento
obstaculiza el crecimiento de la iglesia y obstruye la eficacia de tu pastor.
Dios siempre está en movimiento y nos exige que vayamos a la par de Él, por lo
que no esperes que tu pastor actúe de la misma forma que sus predecesores.
Debes reconocer lo que Dios hizo en el pasado, pero a la vez entender que Sus
bendiciones, al igual que Su misericordia, ¡son nuevas cada mañana! El maná de
ayer no es para hoy; Dios proveerá a tu pastor de maná fresco y de una visión
renovada para llevar a la congregación hacia nuevas cotas espirituales. La
labor del pastor es liderar; la tuya es la de seguirle.
2) Él no puede hacerlo todo solo. “Constituyó a
pastores ... a fin de capacitar al pueblo de Dios [¡ese eres tú!] para la obra
de servicio...” (Efesios 4:11-12 NVI). Pablo escribió: “Pues así como cada uno
de nosotros tiene un solo cuerpo con muchos miembros, y no todos estos miembros
desempeñan la misma función, también nosotros, siendo muchos, formamos un solo
cuerpo en Cristo, y cada miembro está unido a todos los demás. Tenemos dones
diferentes, según la gracia que se nos ha dado” (Romanos 12:4-6 NVI). Eres
responsable del crecimiento de la iglesia, y si no sabes dónde encajas, pídele
dirección a Dios y a tu pastor. Hasta que no sepas tu lugar, eres un miembro
desempleado del cuerpo. Conéctate y ayuda a cumplir la visión que Dios le ha
dado a tu pastor.
BOB Y DEBBIE GASS - (DEVOCIONAL "LA PALABRA
PARA HOY")


