Año 1 - Semana: 49 - Día: 5
LEE Ezequiel
3:16-21 – Dios encomendó a Ezequiel que comunicara su palabra
y amonestación.
MEDITA. El Señor le asignó a Ezequiel la función de ser un
vigilante de los israelitas en esa tierra. Su responsabilidad consistía en
amonestar tanto a los impíos como a los justos. El propósito era el mismo: que
caminaran en la justicia de Dios. Ezequiel sería demandado, no por la respuesta
de las personas o el resultado de su mensaje, sino por su fidelidad en
comunicarlo. El privilegio de Ezequiel era el de ser un instrumento de Dios y
de cumplir con su trabajo.
Podemos encontrar una
semejanza con la tarea de hacer discípulos y enseñar las cosas que el Señor ha
mandado (Mat. 28:20). Como cristianos tenemos
responsabilidad hacia los demás por la cual tendremos que dar cuenta.
Desgraciadamente,
desde el principio de la historia, las personas han tratado de ignorar su
responsabilidad hacia otros y repetitivamente se puede escuchar la excusa de
Caín: "¿Soy yo acaso guarda de mi hermano?", (Gn. 4:9b)
Al igual que a
Ezequiel Dios no nos responsabilizará por los resultados, sino por la fidelidad
con que hayamos cumplido su comisión. Podemos descansar en la certeza que quien
produce los resultados es el Espíritu y no nuestra habilidad o esfuerzo.
APLICA. ¿Estás siendo un
"vigilante" y mensajero fiel de los valores del evangelio? ¿Te
interesa más la fidelidad que la "efectividad"?
ORA. Padre te ruego que pueda ser hallado como un siervo fiel.
UNIÓN BÍBLICA INTERN. - (Dev. “ENCUENTRO CON DIOS”)