“Ninguno que … mira hacia atrás es apto para el
reino de Dios.” Lucas 9:62
Jesús buscó
personas dispuestas a ir más allá de su fe en Él —quería gente dispuesta a
seguirlo—. El principio de Su ministerio fue marcado por hombres como Andrés,
Pedro, Felipe y Natanael (Véase Juan 1:35-52), todos ellos dispuestos a dejar
su profesión y sus posesiones para seguirlo. Jesús llamo a individuos a una
vida de compromiso radical. “Llamando a la gente y a sus discípulos, les dijo:
—Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz y
sígame” (Marcos 8:34). Nada de medias tintas, sino un compromiso de seguirlo a
tiempo completo. Confiar en Jesús te llevará al cielo, pero a menos de que lo
sigas diariamente no serás útil en Su reino en la tierra.
Tres hombres
diferentes dijeron a Jesús: “…Te seguiré Señor…” (Lucas 9:61). Pero ninguno estaba dispuesto a dejar las
cosas que tenían la preeminencia en su vida (Véase Lucas 9:62). Y Jesús
respondió con esta metáfora elocuente: “Ninguno que, habiendo puesto su mano en
el arado, mira hacia atrás es apto para el reino de Dios” (Lucas 9:62). Seguir
a Jesús significa que lo que está en el mundo se queda en el mundo —antiguos
complejos, apegos y estilos de vida—. No puedes labrar el surco recto del
discipulado mirando al pasado. No dejes que la atracción del pasado, con sus
fracasos, culpabilidad, temores, vergüenza, traiciones, pérdidas, abuso,
rechazo, resentimiento y perdón arruine tu futuro. Corta el cordón umbilical;
únete a quienes están dispuestos a “[seguir] al Cordero por dondequiera que va”
(Apocalipsis 14:4).
BOB Y DEBBIE GASS - (Devocional "LA PALABRA
PARA HOY")