“Ama a tu prójimo como a ti mismo.” (Mateo 22:39 NVI)
Para que la
regla de oro forme parte de tu vida diaria, debes intentar hacer estas tres
cosas por los demás:
1) Confiar en ellos. Una relación
sin confianza no funciona. El secretario de Estado estadounidense Henry L.
Stimson afirmó: “La principal lección que he aprendido en mi larga vida es que
la única manera de hacer a un hombre digno de confianza es confiando en él, y
el modo más seguro de considerarlo poco fiable es desconfiar de él y mostrarle
desconfianza”. No siempre será fácil, sobre todo cuando se trata de alguien que
no conoces muy bien. Sin embargo, esta es “la regla de oro” de Cristo. A medida
que te esfuerces en depositar tu confianza en los demás tal y como te gustaría
que la depositaran en ti, recuerda que la persona que confía perderá siempre
menos que la que desconfía.
2) Ser agradecidos. Donald Laird,
experto en relaciones humanas, expuso: “Siempre hay que ayudar a la gente a
potenciar su autoestima … el elogio más grande que le puedes dar a alguien es
ayudarle a sentirse útil y a encontrar satisfacción en su utilidad”. ¿Cómo
puedes hacer eso? Mostrándole que aprecias sus esfuerzos y elogiándolo delante
de los que lo rodean. El productor teatral Billy Rose observó: “Es difícil que
un hombre cargue con resentimiento cuando lo elogias”.
3) Valorar a los demás. Las encuestas
confirman que el 70 por ciento de los trabajadores que dejan sus empleos lo
hacen porque no se sienten valorados. Esto es una indicación del mal trato que
algunos jefes dan a sus empleados. No existe ninguna persona en el mundo que no
quiera ser valorada, ¿verdad? Así que pon en práctica “la regla de oro”.
BOB Y DEBBIE GASS - (Devocional "LA PALABRA
PARA HOY")