“Haz a los demás todo lo que quieras que te hagan a
ti” (Mateo 7:12 NTV)
¿Con cuál de
las siguientes afirmaciones te identificarías?
a) Siempre soy
ético.
b) Casi siempre
soy ético.
c) Soy algo
ético.
d) Muy pocas
veces soy ético.
e) Nunca soy
ético.
¿Dónde estás
tú? Si somos sinceros, muchos de nosotros probablemente nos aplicaríamos la
afirmación b. ¿Por qué? Por conveniencia. Pagar el precio del éxito, poner a
los demás en primer lugar, llevar adelante una disciplina personal, afrontar
luchas; todo esto es bastante incómodo. La mayoría de nosotros pensamos que ser
justos es algo bueno, excepto si nos vemos perjudicados por algún fallo ético
de otra persona.
Sin embargo, si
te propones en serio establecer en tu vida unos principios éticos por los
cuales vivir, no necesitas buscar más allá de la regla de oro: “Haz a los demás
todo lo que quieras que te hagan a ti” (Mateo 7:12 NTV), lo cual:
1) Produce paz y autoestima. Al fin y al
cabo, necesitas ser capaz de convivir contigo mismo, ya que “te llevas
adondequiera que vayas”. SI la única forma de ganar es mediante el engaño,
perderás tu dignidad, tus miedos quedarán expuestos, te faltará confianza para
acercarte a Dios y tus logros resultarán vanos.
2) El resultado es un beneficio mutuo. ¿Eres el tipo
de persona que piensa que si ganas alguien debe perder? Esta filosofía nunca
funciona. Cuando tratas a los demás como quieres que te traten, ellos ganan, y
cuando es recíproco, tú ganas también. Aquí no hay perdedores.
3) Es fácil de entender. Simplemente
ponte en la piel de los otros. ¡No hay reglas complicadas ni escapatorias!
BOB Y DEBBIE GASS - (Devocional "LA PALABRA
PARA HOY")