Año 1 - Semana: 46 - Día: 6
LEE 1 Reyes 4:1-34
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La actitud del pueblo de Israel ante Salomón fue de armonía.
MEDITA. La experiencia de Israel con Salomón como rey fue
especial. Ahora, los que creemos en Dios, sabemos quién es nuestro rey:
Jesucristo. Comparemos los reinados de Salomón y de Cristo. Tomemos como
referencia lo que de Salomón se decía en su tiempo.
"... sirvieron a Salomón todos los días
que vivió" (21). Nadie puede recibir el respaldo de alguien si éste no
representa un verdadero beneficio. Salomón estaba decidido a servir a Dios y a
proteger a su pueblo. Logró que el pueblo obedeciera. ¿Qué podemos decir de
Cristo? Se hizo hombre, vino a morar entre nosotros y murió en la cruz por
nuestros pecados. Cristo merece nuestro servicio siempre, no hay pretexto.
"... tuvo paz
por todos lados alrededor" (24). Su reinado es recordado por la paz que reinaba
en sus días. Dios nos ofrece su paz a
través de su Espíritu Santo, sabiduría a través de su palabra y amor a través
de la obra gloriosa de Jesús.
"Y para oír la
sabiduría de Salomón..." (34). Todos querían conocer y escuchar a Salomón.
No lo dice el texto, pero no dudemos que en esos días los pueblos vecinos
hubiesen deseado ser gobernados por Salomón o haber nacido judíos. Jesús
provoca en quienes lo reciben como su salvador, gozo, alegría, paz,
misericordia y mucho más. Pero, ¿vivimos como el pueblo de Israel, orgullosos
de proclamar que Jesús es nuestro rey? ¿La gente alrededor nos pregunta por qué
somos diferentes? Si esto no sucede, posiblemente no estamos sirviendo al
verdadero rey, Jesucristo.
APLICA. ¿Eres alguien que demuestra un
enorme gozo por ser cristiano? Haz una lista de cosas que debes hacer para
lograr que la gente vea que realmente eres hijo de Dios. Quizás debes dejar de
hacer ciertas cosas. ¡Sé honesto!
ORA. Señor, ayúdame a vivir como el hijo del Rey que tú eres para
mí. Quita de mí lo que estorba y ayúdame a reconocer mis errores.
UNIÓN BÍBLICA INTERN. - (Dev. “ENCUENTRO CON DIOS”)