“Los amigos van y vienen … pero un verdadero amigo
está a tu lado como si fuera familia.” (Proverbios 18:34 parafraseado)
¿Quiénes son
tus verdaderos amigos? Haz una pausa y piénsalo. ¿Cuántos de aquellos a quienes
consideras amigos realmente se preocupan de ti? ¿Cuántos te animan en tus
aspiraciones e ideales y están ahí cuando te estancas? Si somos sinceros,
muchos tendríamos que reconocer que un buen número de los llamados amigos y
compañeros no están ahí cuando los necesitamos. De hecho, muchas de las
personas con quienes tenemos amistad nos hacen perder el tiempo, nos roban las
energías y se burlan de nuestros sueños. En el Antiguo Testamento David y
Jonatán estaban dispuestos a morir el uno por el otro. Y Rut le dijo a Noemí:
“…A dondequiera que tú vayas, iré yo…” (Ruth 1:16). ¿Tienes amigos así? Si no,
pasa más tiempo estrechando relaciones con
aquellos a quienes de verdad les importas; quienes no se sienten amenazados por
tus logros y quieren que triunfes.
No tienes por
qué ser frío o grosero con el resto. Guarda su amistad pero pasa mucho más
tiempo con aquellos que creen en ti y desean que cumplas el potencial que Dios
te ha dado. La novelista Elizabeth Jane Howard escribió: “Llámalo clan, llámalo
contactos, llámalo tribu, llámalo familia. Lo llames como lo llames, y seas
quien seas, lo necesitas”. Hay un
principio infalible a la hora de cultivar buenas amistades: aquello que deseas
para tu vida, debes dárselo a los demás. Si quieres verdaderos amigos, tienes
que ser un buen amigo. Si quieres una cosecha de bendición en tu vida, planta
semillas de bendición en la vida de los demás.
BOB Y DEBBIE GASS - (Devocional "LA PALABRA
PARA HOY")