“…no halló nada en ella, sino hojas…” Mateo 21:19
La Biblia nos
relata: “Por la mañana, volviendo a la ciudad, tuvo hambre. Viendo una higuera
cerca del camino, se acercó, pero no halló nada en ella, sino hojas solamente
[en la higuera los higos aparecen al mismo tiempo que las hojas] y le dijo:
—¡Nunca jamás nazca de ti fruto! Y al instante la higuera se secó” (Mateo
21:18-19). Seguro que piensas que Jesús fue demasiado severo. Al fin y al cabo
no era culpa de la higuera si no tenía higos. ¿Por qué la maldijo Jesús?
Encontrarás la respuesta al saber que en la higuera los higos aparecen al mismo
tiempo que las hojas. Cuando Jesús vio hojas en el árbol estaba en su derecho
de esperar fruto. Y al no encontrar nada
la maldijo por ser una “impostora”, dando la impresión de que era una higuera
de verdad.
Hay una
enseñanza muy importante aquí para cada uno de nosotros. Ten cuidado de no
hacer alarde de muchas hojas sin llevar el verdadero fruto. Se necesita mucho
más que una pegatina en el coche, un prendedor en la solapa que dice “Jesús” o
una gran Biblia bajo el brazo para influir y ganar a otros para Cristo. La
Palabra nos explica: “…El fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia,
benignidad, bondad, fe…” Gálatas 5:22). Esa es la clase de fruto que los demás
pueden ver, tocar, saborear y disfrutar. Y ese es el fruto que Dios quiere que
se manifieste en tu vida hoy.
BOB Y DEBBIE GASS - (Devocional "LA PALABRA
PARA HOY")