“…Yo he puesto delante de ti hoy la vida y el
bien…” Deuteronomio 30:15
Dios dijo a su
pueblo: “Mira, yo he puesto delante de ti hoy la vida y el bien, la muerte y el
mal, porque yo te mando hoy que ames al Señor, tu Dios, que andes en sus
caminos y guardes sus mandamientos, sus estatutos y sus decretos, para que
vivas y seas multiplicado, y el Señor, tu Dios, te bendiga…” (Deuteronomio
30:15-16). Una sola persona con el amor de Dios en su corazón puede desatar una
reacción en cadena. John Wilkes Booth conmocionó al mundo al asesinar al
presidente estadounidense Abraham Lincoln. En ese tiempo el hermano de Booth,
Edwin, era considerado uno de los mejores actores del país. Al creer este que
el nombre de la familia había sido deshonrado para siempre, se retiró del cine
y vivió como recluso. No obstante, su
legado resultó ser no un legado de muerte y decepción, sino de vida e
influencia positiva.
Unos años antes
del asesinato de Lincoln, Edwin se encontraba en una estación de la ciudad de
Jersey, en el estado de Nueva Jersey (EE.UU.); estaba cerca del andén cuando un
joven tropezó y casi cayó delante de un tren que se acercaba. Sin dudarlo,
Edwin rescató al joven agarrándolo por la solapa y tirando de él para arriba.
Hubo un breve intercambio de agradecimientos pero Edwin nunca pudo haber
imaginado la importancia de ese acto. Varios años después recibió una carta del
entonces presidente Ulysses Grant agradeciéndole por su hazaña heroica. ¿Por
qué? Porque el joven a quien había salvado la vida no era otro que Robert Todd
Lincoln, el hijo de Abraham Lincoln. Edwin se llevó la carta a la tumba. Este
es un recordatorio de que aunque no podemos cambiar el pasado sin duda podemos
cambiar el futuro. Y con la gracia de Dios ¡tú también podrás cambiar el tuyo!
BOB Y DEBBIE GASS - (Devocional "LA PALABRA
PARA HOY")