“Edificamos, pues, el muro … porque el pueblo tuvo
ánimo para trabajar.” Nehemías 4:6
Para tener
éxito en su empresa Nehemías necesitaba el favor de su jefe, el rey. Así que
oró para que el potentado pagano financiara la reconstrucción de los muros de
Jerusalén. Fue una osada oración y no obtuvo respuesta inmediata. Sin embargo
él no se quedó sentado de brazos cruzados. Mientras esperaba concibió un plan,
preparó a un equipo de personas y planeó una fecha para comenzar la obra. De
ese modo, cuando el rey aceptó la propuesta Nehemías ya estaba listo para
actuar. Algunos piensan que si Dios va a hacer algo nosotros no deberíamos
entonces mover un dedo. Otros creen que no necesitan a Dios en absoluto e
intentan valérselas por sí solos. Los dos extremos están equivocados.
A veces Dios tiene que equilibrar lo que está
haciendo en tu vida con lo que hace en la vida de otros, a fin de que
“…todas las cosas … [ayuden] a bien” (Romanos 8:28). En el caso de Nehemías,
esperar la carta de autorización del rey y los fondos para el proyecto era como
esperar una subvención estatal —lleva su tiempo—. Pero la Biblia dice: “Como
canales de agua es el corazón del rey en la mano del Señor; Él lo dirige donde
le place” (Proverbios 21:1 LBLA). Nehemías demostró tener una confianza sin
límites en la disposición de Dios para proveer. También entendió que mientras
esperaba, era su responsabilidad prepararse y organizar las cosas, para que
cuando Dios le diera luz verde estuviera listo para actuar. Este hombre dio
muestras de fe y sabiduría. Sabía que no podía hacer la parte de Dios, y que
Dios no haría la suya. La palabra para ti hoy es “Prepárate”.
BOB Y DEBBIE GASS - (Devocional "LA PALABRA
PARA HOY")