“Exhorto […] a
que se hagan rogativas, oraciones, peticiones y acciones de gracias, por todos
los hombres” 1ª Timoteo 2:1 (Leer: Salmo
122:6-9)
En mi país, un grupo de mujeres se reúne todos los meses
para orar por Ghana y otras naciones africanas. Cuando les preguntaron por qué
oran con tanta constancia, su líder señaló: «Miren, escuchen y vean las
noticias. Guerras, tragedias, enfermedades y violencia amenazan con ocultar el
amor de Dios hacia la humanidad y sus bendiciones para con nosotros. Tenemos la
certeza de que Él interviene en los asuntos de las naciones; por eso, lo
alabamos por sus bendiciones y clamamos para que intervenga».
La Biblia revela que Dios en verdad interviene en los
asuntos de las naciones (2 Crónicas 7:14) y que utiliza a personas comunes y
corrientes para hacerlo. Quizá no se nos asigne una gran tarea, pero, por medio de la oración, podemos ayudar a
lograr la paz y la justicia que exaltan a una nación (Proverbios 14:34). El
apóstol Pablo escribió: «Exhorto ante todo, a que se hagan rogativas,
oraciones, peticiones y acciones de gracias, por todos los hombres; por los
reyes y por todos los que están en eminencia, para que vivamos quieta y
reposadamente en toda piedad y honestidad» (1 Timoteo 2:1-2).
Tal como el salmista exhortó a los israelitas a orar por
la paz de Jerusalén (Salmo 122:6), oremos también nosotros por la paz de
nuestras naciones.
Señor, te pedimos que intervengas para que vivamos en
paz.
Orar por las autoridades es un deber y un privilegio.
(La Biblia en
un año: Hechos 13:1-25)
LAWRENCE
DARMANI - (Devocional
“NUESTRO PAN DIARIO")