“… Pregunta a
tu padre, y él te declarará…” Deuteronomio 32:7 (Leer: Salmo 145:1-13)
Muchas familias tienen recetas secretas; una forma
especial de preparar una comida que la hace particularmente sabrosa. Los
hakkas, mi etnia china, tenemos un plato tradicional llamado «cuentas de
ábaco», por su parecido con dichas cuentas. ¡No puedes dejar de probarlo!
Por supuesto, mi abuela tenía la mejor receta. Cada vez
que celebrábamos el año nuevo, nos decíamos: «Deberíamos aprender a preparar
esto»; pero nunca le pedíamos a la abuela que nos enseñara. Ahora, ella ya no
está, y su receta secreta se fue con ella.
Aunque
lamentamos no tener a la abuela ni su receta, algo mucho peor sería no
conservar el legado de fe que ella nos dejó. Dios espera que cada generación comparta con la siguiente sus poderosas
obras. «Generación a generación celebrará tus obras» (Salmo 145:4), expresó el
salmista, haciendo eco de las instrucciones de Moisés: «Acuérdate de los
tiempos antiguos […]; pregunta a tu padre, y él te declarará; a tus ancianos, y
ellos te dirán» (Deuteronomio 32:7).
Al compartir nuestras historias de cómo fuimos salvos y
de la ayuda del Señor para enfrentar los desafíos, nos alentamos unos a otros y
lo honramos a Él. Su propósito es que disfrutemos de la familia y la comunidad,
y que nos ayudemos mutuamente.
Señor, que escuchemos a nuestros mayores y testifiquemos
a nuestros hijos.
(La Biblia en
un año: Marcos 8:22-38)
POH FANG CHIA - (Devocional “NUESTRO
PAN DIARIO")