“Todos ellos esperan en ti, para que les des la
comida a su tiempo” Salmo 104:27
Le tenemos
miedo a perder el trabajo, el seguro médico privado o la jubilación. Para
evitarlo, acumulamos posesiones, creyendo que cuanto más tengamos más seguros
nos vamos a sentir. Ese sentimiento de inseguridad es lo que motivó a quienes
construyeron la torre de Babel: “...Vamos, edifiquémonos... una torre cuya
cúspide llegue al cielo; y hagámonos un nombre, por si fuéramos esparcidos
sobre la faz de toda la tierra” (Génesis 11:4). ¿No se percibe temor en esas
palabras? Así como nosotros acumulamos planes de pensiones, pertenencias y
propiedades, ellos acumularon e hicieron una torre con sus posesiones, tan alta
que pretendía alcanzar el cielo. Luego se dijeron ‘Ahora sí estamos seguros’,
pero Dios respondió ‘No, no lo estáis’. Leemos en la Biblia: “A los ricos de
este mundo manda que no... pongan la esperanza en las riquezas, las cuales son
inciertas, sino en el Dios vivo...” (1 Timoteo 6:17).
Las riquezas no aportan seguridad. Cuanto más
tenemos, más tenemos que perder. Es irónico, pero cuanto más acumulas
más quieres protegerlo, y más te preocupa el perderlo por acontecimientos fuera
de tu control. Pero no es así cómo Dios quiso que vivieras. Quiere que ahorres
y que siembres. Y cuando hayas hecho todo lo razonable, que no confíes en nada
más que en Él. El salmista escribió: “...Seres pequeños y grandes... Todos
ellos esperan en Ti, para que les des la comida a su tiempo” (Salmo 104:25-27).
Y Dios así lo hace. Él es el gran Dador, generoso hasta el extremo y de Quien
se puede depender siempre. El mensaje rotundo de la Escritura es claro: Todo le
pertenece a Dios y Él todo lo reparte.
Por ello, pon tu confianza en Él, no en tus posesiones.
BOB Y DEBBIE GASS - (Devocional "LA PALABRA PARA
HOY")