“Dichoso el hombre que no sigue el consejo de los malvados,
ni se detiene en la senda de los pecadores ni cultiva la amistad de los
blasfemos.” Salmo 1:1
No es bueno que te vean
parado, mucho menos sentado con hombres que tienen actitudes perversas y
conversaciones corruptas. Puede que hayas escuchado la historia, aunque es tan
buena que vale la pena repetirla, de la señora que puso un anuncio en busca de
un cochero y esperó hasta tener tres candidatos.
Al primero le dijo lo siguiente: «Quiero un buen
cochero que sea capaz de montar mis dos caballos y, por lo tanto, te pregunto: ¿cuán cerca del peligro puedes guiar el
coche y sentirte seguro?» Él le contestó: «Bueno, yo pudiera guiarlo hasta
muy cerca; pudiera llegar hasta un paso del precipicio sin temor de sufrir un
accidente siempre y cuando sostenga las riendas». La señora lo despidió con la
seguridad de que no serviría.
Al segundo que vino le hizo la misma pregunta: «¿Cuán cerca del
peligro podrías guiar el coche?» Con la determinación de obtener el puesto,
dijo: «Pudiera manejar a la distancia del grosor de un cabello y no sufrir
ningún percance». «Usted no llena los requisitos», dijo ella.
Vino el tercero, pero su manera de pensar era diferente, así que cuando le
hicieron la pregunta: «¿Cuán cerca del peligro podrías manejar?», este
contestó: «Señora, nunca lo he intentado. Siempre he tenido como regla manejar
tan lejos del peligro como me sea posible». La señora lo contrató al instante.
De la misma manera, creo que el hombre más confiable de todos es el que tiene
cuidado de no correr riesgos, al tener el temor de Dios en su corazón, y de
limitarse de cualquier conducta equivocada.
(A través de la Biblia en un año: Hebreos 3-4)
CHARLES SPURGEON - (Dev. “A LOS PIES DEL MAESTRO”)


