“Los hijos son un regalo del Señor...” (Salmo 127:3
NTV)
Veamos dos
estereotipos sobre la educación de los hijos:
1) Los buenos padres siempre tienen la casa
ordenada. Pensamos que nuestra casa debería estar inmaculada, por lo que nos
molesta mucho cuando nuestros hijos la ponen patas arriba. Sin embargo, la
obsesión con la pulcritud nos puede llevar a perdernos momentos preciosos que
nunca volverán. Sin querer, enseñamos a nuestros hijos que las cosas (y no las
personas) son lo importante. Les inculcamos la idea de que mantener las
apariencias es más importante que disfrutar de la vida juntos. Tranquilos, la
casa estará ordenada antes de que te des cuenta, y silenciosa, ¡y vacía! Así
que disfruta del desorden, de las risas, de las manchas en el suelo y de las
marcas en las paredes. Deja que las hendiduras y los arañazos en los muebles se
conviertan en recuerdos de momentos preciosos pasados con chiquillos que crecen
sintiéndose amados e importantes.
2) Los buenos padres siempre deben tener razón. La escritora
y madre Ann Peterson comparte algo que le conmovió en un momento de altercado
con su hijo. “Por fin, a regañadientes, logré preguntarle: ‘¿Por qué siempre
tienes que tener razón?’, a lo que él respondió, también a regañadientes:
‘Porque tú siempre tienes que tener razón’”. Sentí que Dios era testigo de ese
momento. Sobraban las palabras. Capté el mensaje con toda claridad. Desde ese
día en adelante, tener “la razón” perdió el encanto que antes le veía”. En la
relación con su hijo hubo mucho menos resistencia, “algo que me habría perdido
si no hubiera cedido la necesidad de tener siempre la razón”, admite la
escritora. Así que, piénsalo bien antes de entrar en peleas con tus hijos. Ser buenos
padres no consiste en acumular “victorias” y repartir “derrotas”, sino en
disfrutar de tu familia.
BOB Y DEBBIE GASS - (Devocional "LA PALABRA PARA
HOY")