“...[procurad interesaros] en los demás” (Filipenses 2:4 NTV)
John Craig afirma:
"Por mucho trabajo que pueda hacer un hombre, por muy atractiva que sea su
personalidad, no irá lejos si no puede comunicarse con los demás". Para
ello tienes que percibir el valor de las personas. Esta verdad la comprenden
los triunfadores, en el ámbito en que se encuentren. En una reunión
internacional de ejecutivos, un hombre de negocios estadounidense preguntó a su
homólogo japonés cuál era el idioma más importante en el comercio
internacional. El estadounidense pensó que respondería que el inglés, pero el
japonés, que tenía un conocimiento más holístico de los negocios, respondió:
'El idioma de mi cliente'. Ofrecer un buen producto o servicio no es
suficiente. Ni tampoco lo es convertirte en un experto, puesto que si conoces
tu producto pero no a tus clientes, sólo tendrás algo que vender y a nadie que
lo vaya a comprar. Pero además de eso, el valor que le das a la gente debe ser
genuino.
Bridget Haymond,
conocida formadora profesional, escribió: "Puedes hablar hasta la
saciedad, pero los oyentes se dan cuenta instintivamente si te importan de
verdad". Si quieres encajar bien,
tendrás que dejar tu ego de lado, fijarte en lo que hay a tu alrededor y no
dentro de ti y pensar en los demás. Lo bueno es que eres capaz de hacerlo.
Cualquiera puede; lo único que hace falta es voluntad para cambiar,
determinación para llevarlo a cabo y unas cuantas destrezas que se pueden
aprender. La motivación para llevarlo a cabo se encuentra en las palabras del
apóstol Pablo: “No [os preocupéis] sólo de [vuestros] propios intereses, sino
también [procurad interesaros] en los demás” (Filipenses 2:4 NTV). Cuando
busques ocasiones para invertir en los demás, las encontrarás.
BOB Y DEBBIE GASS - (Devocional "LA PALABRA PARA
HOY")