"El amor... no busca lo suyo…" 1 Corintios 13:4-5
Estaban unos niños en
un campamento hablando de la creación y uno preguntó: ‘Si todo tiene un
propósito, ¿por qué hizo Dios la hiedra venenosa?’. Otro respondió: ‘¡Porque
sabe que hay cosas que no deberíamos tocar! Pero no tocar ciertas cosas es
difícil si eres inseguro y autoritario por naturaleza. Dirás: ‘A veces mi
marido me pone de los nervios’. Bien, ¡a lo mejor tú a él también! Leemos en la
Biblia: “Por eso el hombre deja a su padre y a su madre para unirse a su
esposa, y los dos llegan a ser como una persona.” (Génesis 2:24 – DHH). Fíjate
bien eso de “llegan a ser”. Lo de dejar es la parte fácil; “llegar a ser” es lo
difícil, porque requiere amor, paciencia, bondad y esfuerzo. Jesús dijo: “…No
viváis angustiados…” (Juan 14:27 – BLP). ¡Eso no hará más que perjudicarte!
Aprende a “dejar pasar” y procura los frutos del Espíritu en
tu vida.
“Dejar pasar” no significa que no te importen los demás, sino permitirles que
aprendan a su manera y por sus propias experiencias. Requiere fijarse en Jesús
en lugar de obsesionarse con el comportamiento de la otra persona. “Tú
guardarás en completa paz a aquel cuyo pensamiento en ti persevera…” (Isaías
26:3); centra tus pensamientos en Dios y no en los demás. “Dejar pasar” es
preocuparte por el otro sin llegar a controlarlo. Significa quitarte de en
medio y no querer influir en el resultado tratando de arreglar las cosas,
juzgar, insistir, regañar, criticar e imponer normas. Es vivir cada día con la
ayuda de Dios y apreciar cada momento. Es darse cuenta de que la única persona
a quien puedes “cambiar” eres tú mismo. Y es, por último, tener menos miedo y
confiar más. Sólo así lograrás ser feliz.
BOB
Y DEBBIE GASS - (Devocional "LA PALABRA PARA HOY")