“Es Dios quien nos ha hecho para este fin y nos ha dado su
Espíritu como garantía de sus promesas.” 2 Corintios 5:5
Cuando Dios le da una
nueva naturaleza a su pueblo, la vida que surge de esa nueva naturaleza brota
de esta espontáneamente. Las higueras no dan higos unos días y espinas otros,
sino que son fieles a su naturaleza en todas las estaciones. El que ha descubierto
en qué consiste el cristianismo sabe que es mucho más una vida que un acto, una
forma o una profesión. A pesar que amo mucho el credo de la cristiandad, estoy
listo para decir que el verdadero cristianismo es mucho más una vida que un
credo. Es un credo y tiene sus ceremonias pero es principalmente una vida. Es una chispa divina de la propia llama del
cielo que cae en el seno humano y quema por dentro, que consume mucho de lo
que yace en el alma y que al final, como una vida celestial, arde para que la
vean y la perciban los que la rodean.
Bajo el poder del
Espíritu Santo que mora dentro, una persona regenerada se vuelve como el
arbusto en Horeb, que resplandecía con la Divinidad. El Dios dentro de él lo
hace brillar para que el lugar a su alrededor sea terreno santo y aquellos que
lo miren sientan el poder de su vida santificada.
(A través de la Biblia
en un año: Lucas 7-8)
CHARLES SPURGEON - (Dev. “A LOS PIES DEL MAESTRO”)


