"Con sabiduría se edifica una casa, y con prudencia se
afianza." (Proverbios 24:3 LBLA)
Si eres el padre o la
madre de un adolescente, es importante encontrar el equilibrio entre
corrección, instrucción, motivación y elogio. En lugar de centrarte en los
comportamientos que no te gustan, elogia y recompensa los comportamientos que
quieres promover. Si tu hijo siente que siempre "estás encima" en
lugar de a su lado en cosas como su forma de vestir, sus amistades, sus gustos
de música, etc., se te opondrá continuamente. La Biblia dice acerca del tema:
a) "Hijos, obedeced... a vuestros padres" (Efesios
6:1).
b) "Padres, no provoquéis a ira a vuestros
hijos..."(Efesios 6:4).
Tienes que darles
"una de cal y otra de arena". Si siempre los estás castigando y no
los recompensas, vas a potenciar su rebeldía, el que hagan las cosas a
escondidas y la falta de comunicación. Y cuando alguien crece en un hogar donde
nunca se le elogia ni se le recompensa, la persona luego tendrá que esforzarse
mucho más para romper ese ciclo.
Si "explotas" ante tu hijo adolescente, le estás
enseñando que él también pueden manejar su ira explotando. Debes esperar
reacciones bruscas y estar preparado para responder de manera constructiva. Si
te tomas sus cambios de humor y su falta de coherencia como algo personal,
acabarás reaccionando de modos de los que luego te arrepentirás. ¿Recuerdas tu
propia adolescencia y lo que pensabas de
las opiniones de tus padres, sus gustos y sus reglas? Mark Twain dijo: 'Cuando
yo tenía 14 años mi padre era tan ignorante que no soportaba tenerlo cerca.
Pero para cuando llegué a los 21 ¡me sorprendí de todo lo que mi viejo había
aprendido en siete años!' Si estás educando a un adolescente, aquí hay dos versículos
para tener en cuenta: "El amor vive para siempre..." (1 Corintios
13:8 TLA). "Con sabiduría se edifica una casa, y con prudencia se
afianza" (Proverbios 24:3 LBLA).
BOB Y DEBBIE GASS - (Devocional "LA PALABRA PARA
HOY")