“¿Quién eres tú para juzgar al siervo de otro? Que se
mantenga en pie, o que caiga, es asunto de su propio señor. Y se mantendrá en
pie, porque el Señor tiene poder para sostenerlo.” Rom 14:4
Si todos estamos bajo
la autoridad del mismo Maestro, entonces no discutamos. Es penoso que los
ministros se critiquen unos a otros y que los maestros de Escuelas Dominicales
hagan lo mismo. Es una actitud miserable no poder soportar ver el bien que han
hecho otras denominaciones diferentes a la nuestra que tienen otro estilo de
trabajo. Si un nuevo labrador llega al campo y usa una chaqueta de un corte
diferente y un pico con una forma distinta, ¿debo convertirme en su enemigo? Si
hace su trabajo mejor de lo que yo hago el mío, ¿debo sentirme celoso?
Hermano, si el gran Señor te empleó, no tienes por qué
cuestionar lo que hace. Quizá no me guste cómo te ves y no sé cómo podré trabajar
contigo, pero si el Señor te empleó, no tengo derecho a juzgarte, porque me
atrevería a afirmar que te parezco tan raro como tú a mí. Si se inventan nuevos
métodos de predicar el evangelio, deja que los hermanos los usen; y si no los
podemos imitar, sintamos al menos que todavía somos uno solo, porque «uno es
nuestro Maestro, Jesucristo».
(A través de la Biblia en un año: Isaías 13-16)
CHARLES SPURGEON - (Devocional “A los Pies del
Maestro”)


