"...tomó el pan, lo bendijo, lo partió y les dio" Lucas 24:30
Tomar la Santa Cena puede ser o
bien un ritual sin sentido o un momento de intimidad en la presencia de Jesús.
Lee la historia de Cleofás y de su compañero, los discípulos que volvían a
Emaús. De repente apareció Jesús y les acompañó. Primero les abrió los ojos
para que vieran que la crucifixión no era la tragedia que parecía, sino el
cumplimiento de una promesa y el modo que tenía Dios de redimir a un mundo
perdido; es decir, algo que celebrar y no por lo que entristecerse. Más tarde,
cuando se sentó a la mesa en la casa y tomó la cena con ellos, "tomó el
pan, lo bendijo, lo partió y les dio. Entonces les fueron abiertos los ojos y
lo reconocieron" (Lucas 24:30-31). ¿Batallas hoy contra el miedo y la duda? ¿Te preguntas si Dios cumplirá las promesas
que te ha hecho? ¡Lo hará!
Ese mismo día, Cleofás
y su compañero se habían encontrado con algunas mujeres que habían estado en el
sepulcro vacío e informado a los discípulos de que Jesús estaba vivo. Pero por
más que lo intentaron, no las creyeron. Este episodio demuestra que Jesús ama a
los escépticos tanto que camina con ellos, les quita los miedos y fortalece su
fe. Y fíjate cuándo lo hizo: al partir el pan. Así que la próxima vez que estés
tomando la Santa Cena ,
haz un inciso y ora: 'Señor, háblame. Muéstrame Tu voluntad y Tu camino'. Ésa
es una oración que Dios sí responderá. Aunque tu mente esté alborotada y tu
ansiedad sea desbordante, si tienes hambre espiritual, Él se te aparecerá y
vendrá a tu encuentro en el momento justo en que lo necesites.
BOB Y DEBBIE GASS - (Devocional "LA PALABRA PARA
HOY")