"...siempre luchando en oración por vosotros..." (Col. 4:12 CST)
Pablo escribió:
"Epafras... está siempre luchando en oración por vosotros"
(Colosenses 4:12). A veces orar por otros es como una "lucha". Una
vez que lo comprendas y lo aceptes, no te desanimarás cuando no sientas ningún
"hormigueo" al orar. Puedes sonreír y decirte a ti mismo: 'Así es
como dice la Biblia
que será algunas veces'. G. Campbell Morgan afirmó: "Un hombre puede
ofrecer una oración elocuente y perfecta en sus peticiones, pero si acaba
sirviéndole de gratificación, esa oración no ha podido ser sincera". ¿Qué
quiso decir Morgan? Sencillamente, que te sentirás bien después de orar, pero
que tu meta no debe ser sentirte bien mientras oras o después de haberlo hecho.
Observa:
1) La oración es un deber. Es como ir al trabajo. Lo haces
porque es un compromiso y por la recompensa que conlleva.
2) La oración es una disciplina. Los antiguos solían
hablar de la oración "constante". ¿Cómo de constante? Constante en
medio de los pensamientos que van y vienen, constante en medio del cansancio,
en medio de los miedos y de cualquier otra clase de resistencia y distracción.
Cuando entres en la "zona de oración", Satanás se te opondrá a cada
paso que des. Sin embargo, cuando le plantes cara en el nombre de Jesús, los
poderes de las tinieblas se retirarán y tú prevalecerás (Juan 14:13-14).
3) La oración es un deleite. No siempre será así, pero si eres
fiel al tiempo de oración, habrá veces en las que todo tu ser será consciente
de la presencia de Dios y sabrás que Él está respondiendo a tus oraciones y
guiándote. Incluso cuando la respuesta no sea completamente clara, saldrás de
Su presencia diciendo 'Ahora tengo paz respecto a ese asunto'.
BOB Y DEBBIE GASS - (Devocional "LA PALABRA PARA
HOY")