domingo, 12 de octubre de 2014

Cuando la oración nos cuesta (1) 12 octubre




"...siempre luchando en oración por vosotros..."  (Col. 4:12 CST)


Pablo escribió: "Epafras... está siempre luchando en oración por vosotros" (Colosenses 4:12). A veces orar por otros es como una "lucha". Una vez que lo comprendas y lo aceptes, no te desanimarás cuando no sientas ningún "hormigueo" al orar. Puedes sonreír y decirte a ti mismo: 'Así es como dice la Biblia que será algunas veces'. G. Campbell Morgan afirmó: "Un hombre puede ofrecer una oración elocuente y perfecta en sus peticiones, pero si acaba sirviéndole de gratificación, esa oración no ha podido ser sincera". ¿Qué quiso decir Morgan? Sencillamente, que te sentirás bien después de orar, pero que tu meta no debe ser sentirte bien mientras oras o después de haberlo hecho.

Observa:

1) La oración es un deber. Es como ir al trabajo. Lo haces porque es un compromiso y por la recompensa que conlleva.

2) La oración es una disciplina. Los antiguos solían hablar de la oración "constante". ¿Cómo de constante? Constante en medio de los pensamientos que van y vienen, constante en medio del cansancio, en medio de los miedos y de cualquier otra clase de resistencia y distracción. Cuando entres en la "zona de oración", Satanás se te opondrá a cada paso que des. Sin embargo, cuando le plantes cara en el nombre de Jesús, los poderes de las tinieblas se retirarán y tú prevalecerás (Juan 14:13-14).

3) La oración es un deleite. No siempre será así, pero si eres fiel al tiempo de oración, habrá veces en las que todo tu ser será consciente de la presencia de Dios y sabrás que Él está respondiendo a tus oraciones y guiándote. Incluso cuando la respuesta no sea completamente clara, saldrás de Su presencia diciendo 'Ahora tengo paz respecto a ese asunto'.


BOB Y DEBBIE GASS - (Devocional "LA PALABRA PARA HOY")







TRADUCCIÓN