"...cuando murió... no se había debilitado su vista ni
había perdido su vigor" (Deuteronomio
34:7 CST)
No escuches a quienes
te digan que eres "demasiado mayor". La promesa de Dios es que
"aun en su vejez, darán fruto; siempre estarán vigorosos..." (Salmos
92:14 CST). La planta agave mide 1,80
m y durante 20 o 30 años no da flores. Luego, un año y
sin avisar, echa un brote. Éste, que se parece a la cabeza de un espárrago del
tamaño de un tronco, crece a una velocidad de 18 centímetros por
día y llega a alcanzar una altura de 6 a 9 metros . Entonces se corona de racimos de
flores amarillentas que duran como mínimo un mes.
Entre las personas mayores se encuentran algunos de los más
excelentes hombres y mujeres de Dios. El Abraham viejo y sosegado era más sabio que el Abraham joven e
impetuoso. Caleb seguía derrotando
gigantes y trepando montañas a sus 85 años. Ana, una anciana viuda, no solo oró por el Mesías, sino que esa
visión la mantuvo viva hasta que vio a Jesús. Juan, a sus más de 90 años de edad y estando prisionero en la isla
de Patmos, escribió el libro del Apocalipsis.
Jesús dijo: "Todo
el que procure salvar su vida [a su manera], la perderá" (Lucas 17:33).
Puedes enfocar la vida de dos maneras: protegerla o vivirla en su plenitud.
Cuando la voz de la seguridad te dice: 'Enciende fuego en la chimenea y quédate
en la casa calentita', la voz de la fe dice: 'Enciende fuego en tu alma y
prosigue tus anhelos con pasión'. Cuando le preguntaron a Oliver Wendell Holmes
por qué seguía estudiando griego a los 94 años, respondió: 'Caballero, ¡o lo
hago ahora o nunca!'. Lo que importa no son los años de tu vida, sino la vida
de tus años. ¡Así que vive hasta que mueras!
BOB Y DEBBIE GASS - (Devocional "LA PALABRA PARA
HOY")