FALSIFICACIONES DENTRO DE LA IGLESIA
Por el Dr. Neil Anderson
Los agentes federales que están asignados para descubrir a
falsificadores, pasan la mayor parte de su tiempo estudiando el papel moneda
verdadero, no el papel moneda falsificado. Entre más familiarizados estén con
lo real, más fácil es para ellos detectar la falsificación. De la misma manera,
nuestro objetivo es conocer al Señor y comprender Sus caminos. Este es el
principal medio por el cual nuestras iglesias pueden detectar falsos profetas y
maestros y estar a prueba de sectas. Ser un cristiano con discernimiento, que
conoce la verdad, es crítico, porque los falsos profetas y maestros surgirán de
entre nosotros e “introducirán
encubiertamente herejías destructoras, y aun negarán al Señor que los rescató”
(2 Pedro 2:1). Estos siervos de Satanás se disfrazan como ministros de
justicia y profesan ser cristianos (2 Corintios 11:15).
El Espíritu Santo trabaja para unir a la Iglesia , pero los falsos
profetas y maestros tratan de dividirla. El Espíritu Santo guía a la gente a
toda verdad, pero la verdad no está en esta gente. No pueden ser identificados,
pidiéndoles que firmen una declaración de fe, porque no tienen ningún problema
en mentir. Muchos creyentes seguirán sus prácticas vergonzosas, y la verdad
será difamada. Sus seguidores serán cautivados por su apariencia, personalidad,
encanto y carisma, pero estos no son los criterios bíblicos por los que podamos
validar un ministerio o ministro. Las normas bíblicas son la verdad y la
justicia, ambas son pervertidas por los falsos maestros.
Pedro identifica dos formas principales en las que podemos identificar
falsos profetas y maestros que operan dentro de la Iglesia. En primer
lugar, con el tiempo revelarán su inmoralidad, siguiendo el deseo corrupto de
su naturaleza pecaminosa (ver 2 Pedro 2:10). Es probable que su inmoralidad no sea fácil de detectar al principio,
pero con el tiempo saldrá a la superficie en sus vidas. Son estafadores que
trabajan al amparo de la oscuridad, y no quieren que sus obras sean expuestas.
En segundo lugar, desprecian la autoridad (ver 2 Pedro 2:10). Tienen un
espíritu independiente. No le dan cuentas a nadie, y son críticos de los que
están por encima de ellos. Levantan cortinas de humo para mantener la atención
lejos de sí mismos, y ponen a todos los demás a la defensiva.
Una vez que han sembrado sus semillas de destrucción en la Iglesia , son difíciles de
sacar. Si tratamos de eliminar a los hijos del maligno, es posible que
arranquemos a los hijos de Dios con ellos (ver Mateo 13:29). Es por eso que
debemos ser muy cuidadosos acerca de los que ordenamos para el servicio en el
ministerio o pedimos que sirvan como ancianos y diáconos. Pablo establece los
requisitos para el liderazgo cristiano en 1
Timoteo 3:1-13 y Tito 1:5-9, y
todos están relacionados con tener un carácter piadoso. Aunque nadie es
perfecto, estos son los estándares a los que hemos de aspirar. Las personas deben ser descalificadas si
apelan a una norma diferente o dejan de exhibir el fruto del Espíritu. Ser
popular, inteligente, rico, influyente, políticamente astuto, talentoso y listo
son cualidades que el mundo estima, pero no se incluyen en los requisitos para
ser un líder espiritual. Necesitamos acordarnos de buscar la piedad por encima
de todo en aquellos que estamos considerando para ocupar posiciones de
liderazgo.