martes, 10 de junio de 2014

El servicio demanda obediencia 10 junio




"Me agrada, Dios mío, hacer tu voluntad..."  (Salmo 40:8 NVI)


Si te molesta ceder tus "derechos" y tus "privilegios" para servir a los demás, considera lo que Jesús dejó en el Cielo para servirte. "...Se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte..." (Filipenses 2:8). Cuando tengas ganas de sacar a relucir los sacrificios que has hecho, escucha las palabras de Cristo: "...Cuando hayáis hecho todo lo que os ha sido ordenado, decid: "...Siervos inútiles somos, pues lo que debíamos hacer, hicimos"" (Lucas 17:10). ¿Has observado alguna vez a un perro que ha sido amaestrado en una escuela canina? Es un placer para su dueño, pues ha aprendido a responder a una palabra, o hasta a una mirada. Dios dice: "Te enseñaré el camino en que debes andar; sobre ti fijaré mis ojos" (Salmo 32:8).

Dios quiere llevarte a un estado en que no te tenga que rogar, ni importunar, ni intimidar para que sirvas; una mirada suya y lo harás sin cuestionarlo. Como siervo, no puedes cambiar las órdenes de tu señor. El Dr. J.R. Miller dijo: "Es muchísimo más fácil hacer lo que Dios nos pide, por duro que parezca, que enfrentarnos a las consecuencias de no hacerlo". Dios no quiere una obediencia a regañadientes, sino una disposición genuina a obedecer. Cuando la tienes, Dios te bendice. "¿Estáis dispuestos a obedecer? ¡Comeréis lo mejor de la tierra!" (Isaías 1:19 CST). Lo mejor de Dios les está reservado a aquellos que hacen lo que Él les pide. '¿Cómo sé si he llegado a ese estado?' te preguntas. Porque podrás decir: "Me agrada, Dios mío, hacer tu voluntad..." (Salmo 40:8 NVI).


BOB Y DEBBIE GASS - (Devocional "LA PALABRA PARA HOY")







TRADUCCIÓN