“[Cristo] transformará el cuerpo de la
humillación nuestra, para que sea semejante al cuerpo de la gloria suya, por el
poder con el cual puede también sujetar a sí mismo todas las cosas.” Filipenses
3:21
El
versículo de hoy nos asegura que Jesucristo tiene el poder para hacer las cosas
asombrosas que nos ha prometido. Aunque no puede someter a todo el universo a
su control soberano, sin duda tiene el poder suficiente para resucitar nuestro
cuerpo y hacernos semejantes a Él. Dios
tiene el poder de crear providencialmente leyes naturales y milagrosamente
anularlas. Tiene el poder de dar vida y de quitarla. El apóstol Pablo dijo:
“Luego el fin, cuando entregue el reino al Dios y Padre, cuando haya suprimido
todo dominio, toda autoridad y potencia. Porque preciso es que él reine hasta
que haya puesto a todos sus enemigos debajo de sus pies” (1 Co. 15:24-25).
El mismo
poder que retomará todo el universo caído y lo devolverá a Dios es el que hace
posible que seamos semejantes a Cristo. ¿En dónde se está concentrando? Espero
que sea en el cielo y que no se distraiga.
JOHN MACARTHUR - (Devocional "LA VERDAD PARA HOY”)


