Y ¿QUÉ DICE LA BIBLIA SOBRE.. .?
EL CRISTIANO Y LAS BEBIDAS ALCOHÓLICAS
EL CRISTIANO Y LAS BEBIDAS ALCOHÓLICAS
Por el Dr. Miguel Núñez
“Y no os embriaguéis con vino, en lo
cual hay disolución, sino sed llenos del Espíritu” (Efesios 5:18 ). Ver también: Joel 1:5-6; Isaías
28:1-3 y 7; Proverbios 23:21; Proverbios 23:20; Romanos 13:13; 1 Co 6:10; 1 Co
11:21.
El uso de cualquier sustancia que nos lleve a perder el dominio propio
estaría condenada por la misma palabra, porque la falta de control nos lleva a pecar.
Aún más; buscar estar en un estado donde nos encontremos fuera de control habla
mucho del deseo por el pecado. El alcohol no es un estimulante; es más bien un
agente supresor y su uso suprime los centros de inhibición a nivel cerebral,
dejando a la persona desinhibida.
Todo pensamiento que cualquier creyente tenga con relación al uso de
bebidas alcohólicas, debe evaluarse a la luz de varios pasajes bíblicos como
los que estamos revisando aquí. En 1 Timoteo 5:23, Pablo le dice a Timoteo que
tome un poco de vino, para los males del estómago que él estaba padeciendo. En
este punto sería bueno recordar que el vino de la antigüedad era un vino mucho
más diluido que el de nuestra época. Dependiendo de la fuente de información
que uno lea, se piensa que el vino de aquella época tendría una concentración
de alcohol de una tercera a una décima parte de la concentración que poseen
nuestros vinos hoy. Esta aclaración es necesaria porque en la antigüedad no hay
duda de que se bebía mucho vino, pero
una de las razones principales obedecía a la escasez de agua potable. Por
tanto, muchas veces lo que las personas bebían era vino en vez de agua. El
potencial de abuso para un vino tan diluido, como aquél de antaño, era mucho
menor.
En el mundo cristiano algunos hacen uso del vino en cantidad “moderada”,
alrededor del tiempo de la comida y en ocasiones de celebración, sin llegar a
la embriaguez. El uso de cualquier cantidad de alcohol, ya sea en forma de vino
o cualquier otra bebida, con la intención de relajarnos, la consideramos no
bíblica porque poco a poco esa práctica sustituye a Dios como nuestra fuente de
paz, tranquilidad, sosiego. Y Dios no es reemplazable o sustituible.
A la hora de consumir alcohol, en cualquiera de sus formas, debemos
considerar por lo menos una enseñanza más que tiene que ver con el hermano que
es de una opinión diferente a la nuestra. El apóstol Pablo nos dice en 1 Co
10:23, “Todo es lícito, pero no todo es de provecho. Todo es lícito, pero no
todo edifica”. El hecho de tener el
permiso para hacer algo, no es razón suficiente para hacerlo debido al
principio de no ser piedra de tropiezo. En la época de Pablo, uno de los
puntos controversiales era el de comer carne ofrecida a los ídolos o el de
guardar el día de reposo de una manera o de otra. Con relación a esto, Pablo
nos dejó varias instrucciones en por lo menos dos de sus cartas.
A los corintos, él escribió: "Mas tened cuidado, no sea que esta
vuestra libertad de alguna manera se convierta en piedra de tropiezo para el
débil. 1Porque si alguno te ve a ti, que tienes conocimiento, sentado a la
mesa en un templo de ídolos, ¿no será estimulada su conciencia, si él es débil,
a comer lo sacrificado a los ídolos? Y por tu conocimiento se perderá el que
es débil, el hermano por quien Cristo murió. Y así, al pecar contra los
hermanos y herir su conciencia cuando ésta es débil, pecáis contra Cristo.
13Por consiguiente, si la comida hace que mi hermano tropiece, no comeré carne
jamás, para no hacer tropezar a mi hermano”, (1 Corintios 8:9-13).
A los romanos, Pablo escribió, “13Por consiguiente, ya no nos
juzguemos los unos a los otros, sino más bien decidid esto: no poner obstáculo
o piedra de tropiezo al hermano. 14Yo sé, y estoy convencido en el Señor Jesús,
de que nada es inmundo en sí mismo; pero para el que estima que algo es
inmundo, para él lo es. 15Porque si por causa de la comida tu hermano se
entristece, ya no andas conforme al amor. No destruyas con tu comida a aquel
por quien Cristo murió. 16Por tanto, no permitáis que se hable mal de lo que para
vosotros es bueno. 17Porque el reino de Dios no es comida ni bebida, sino
justicia y paz y gozo en el Espíritu Santo. 18Porque el que de esta manera
sirve a Cristo, es aceptable a Dios y aprobado por los hombres. 19Así que
procuremos lo que contribuye a la paz y a la edificación mutua. 20No destruyas
la obra de Dios por causa de la comida. En realidad, todas las cosas son
limpias, pero son malas para el hombre que escandaliza a otro al comer. 21Es
mejor no comer carne, ni beber vino, ni hacer nada en que tu hermano tropiece.”
(Romanos 14:13-21)
Basado en estos principios, personalmente he tomado la decisión de no
hacer uso de ninguna cantidad de bebida alcohólica, porque como pastor de una
iglesia estoy consciente de que entre nosotros tenemos hermanos de diferentes
convicciones y prefiero no serle de tropiezo a ninguno de ellos; y a la vez no
condenar a aquellos que tienen una opinión distinta a la mía. Cristo, el
evangelio, Su causa deben estar por encima de nuestro deseos e intereses
personales.


