sábado, 17 de mayo de 2014

CUATRO TENDENCIAS PREOCUPANTES EN LA IGLESIA CONTEMPORÁNEA 17 mayo

CUATRO TENDENCIAS PREOCUPANTES 
EN LA IGLESIA CONTEMPORÁNEA


Por Michael Horton






De acuerdo a varios estudios, los evangélicos generalmente no saben lo que creen y por qué lo creen. En consecuencia, la mayoría comparte con la sofocante cultura una confianza en la bondad humana y un débil punto de vista de la necesidad de la gracia salvadora de Dios en Jesucristo.

De acuerdo a estos reportes, la mayoría de los evangélicos creen que somos salvados por ser buenos y que hay muchas maneras de salvación aparte de una explícita fe en Jesucristo.

A continuación anoto unas pocas preocupantes tendencias que necesitan ser revisadas y reformadas en la vida de la iglesia contemporánea:


1. Estamos tan confiados en nuestras propias palabras

Estamos tan confiados en nuestras propias palabras, de modo que las iglesias llegan a ser cámaras de eco de las últimas tendencias en la sicología pop, de la mercadotecnia, de la política, del entretenimiento, y del liderazgo empresarial. Necesitamos recuperar nuestra confianza en el Dios Triuno y su Palabra, como Él las comunica con autoridad en su Palabra.


2. Estamos tan confiados en nuestros métodos

Estamos tan confiados en nuestros propios métodos para tener éxito en lo personal, lo eclesial, y en la transformación social. Necesitamos volvernos otra vez al juicio y gracia de Dios, a su acción a través de sus medios ordenados de gracia.


3. Estamos tan confiados en nuestras propias buenas obras

Estamos todos tan confiados en nuestras propias buenas obras. Necesitamos arrepentirnos y ser traídos otra vez de vuelta a despreciar no solo nuestros pecados sino también arrepentirnos de nuestras pretendidas justicias personales.


4. Estamos tan enamorados de nuestra propia gloria

Estamos tan enamorados de nuestra propia gloria, de los reinos que estamos construyendo.

Necesitamos ser traídos de vuelta al lugar de la confianza en Cristo donde somos profundamente conscientes de “que estamos recibiendo un reino inconmovible” (Hebreos 12.28), porque Dios lo está construyendo para su propia gloria, y las puertas del infierno no prevalecerán contra este.

Solo cuando cerramos nuestros oídos a las falsas promesas de esta edad pasajera hacia la Palabra de Dios, y a la gloria del Triuno Dios como nuestra única meta, podemos esperar ver un genuino avivamiento del discipulado cristiano, la adoración y la misión en el mundo hoy.









TRADUCCIÓN