"Señor, enséñanos a orar." Lucas 11:1
Tu necesidad conmueve
el corazón de Dios, pero tu fe Lo conmueve para que actúe. Así que sigue orando
y creyendo. Jesús nos da dos ilustraciones al respecto:
1) "Supongamos. que uno de vosotros tiene un amigo,
y a medianoche va y le dice: 'Amigo, préstame tres panes. Y el que está dentro
le contesta: 'No me molestes. Ya está cerrada la puerta, y. estamos acostados.
No puedo.'. Os digo que, aunque no se levante a darle pan por ser amigo suyo,
sí se levantará por su impertinencia y le dará cuanto necesite" (Lucas
11:5-8 CST). ¿Por qué responderá Dios a tu oración? Para defender Su
reputación, la de Aquel que hace promesas y las cumple.
2) "Había en cierto pueblo un juez. En el mismo pueblo
había una viuda que insistía en pedirle: 'Hazme justicia'. Durante algún tiempo
él se negó, pero por fin concluyó: 'Aunque no temo a Dios ni tengo
consideración por nadie, como esta viuda no deja de molestarme, voy a tener que
hacerle justicia, no sea que con sus visitas me haga la vida imposible'.
Continuó el Señor: 'Tened en cuenta lo que dijo el juez injusto. ¿Acaso Dios no
hará justicia a sus escogidos, que claman a él día y noche? ¿Se tardará mucho
en responderles? Os digo que sí les hará justicia, y sin demora.'" (Lucas
18:2-8 CST). Conclusión: el Dios al que sirves es justo, compasivo, capaz de
satisfacer tus necesidades y con deseo de hacerlo. Por lo tanto, sigue orando y
creyendo.
"Por amor de Sión no callaré y por amor de Jerusalén no
descansaré... hasta que restablezca a Jerusalén y la ponga por alabanza en la Tierra.. ." (Isaías
62:1-7)
BOB Y DEBBIE GASS - (Devocional "LA PALABRA PARA
HOY")