"Pero ellos cometen una tontería. Al compararse unos con otros" (2 Corintios 10:12 DHH)
¿Estás tan ocupado
analizando tus defectos que no tienes tiempo para apreciar tus virtudes? ¿O tan
inmerso en el escrutinio de los demás que no valoras lo que Dios te ha dado?
"La intención de Dios nunca fue que te compararas con ninguna otra
persona. Puesto que hemos elegido la vida del Espíritu, asegurémonos de que no
es sólo una idea en la cabeza o un sentimiento en nuestro corazón, sino que sea
algo que se refleje en todos los aspectos de nuestra vida. Eso significa que no
debemos compararnos con los demás como si unos fueran mejores y otro peores.
Tenemos cosas mucho más interesantes que hacer con nuestras vidas. Cada uno de
nosotros es único y especial" (Gálatas 5:25-26 parafraseado).
Al hacer comparaciones das a entender que Dios cometió un
error creándote como eres. Es más, permites que los demás definan lo que vales y les
das autoridad sobre tu autoestima; ¡demasiado poder que no se le debería ceder
a nadie! Ya que hemos sido moldeados de forma excelente y maravillosa, sigamos
adelante y seamos aquello para lo que fuimos creados (Romanos 12:5-6).
Desarrolla los dones que Dios te ha dado y deja de codiciar lo que tienen los demás.
Dios te hizo como Él quería que fueras, te redimió y te llamó para que
cumplieras el plan que tiene para tu vida. Hasta que no dejes de compararte con
los demás, nunca podrán salir a luz los dones que Él ya ha puesto en ti. Así
que dale gracias por haberte hecho quien eres, y cree que Él te transforma día
tras día para llegar a ser la persona que quiere que seas.
"Por amor de Sión no callaré y por amor de Jerusalén no
descansaré... hasta que restablezca a Jerusalén y la ponga por alabanza en la Tierra.. ." (Isaías
62:1-7)
BOB Y DEBBIE GASS - (Devocional "LA PALABRA PARA
HOY")