“Toda potestad me es dada en el cielo y en la
tierra.” Mateo 28:18
Antes de
que Cristo presentara la
Gran Comisión , de hacer “discípulos a todas las naciones”,
había establecido su autoridad divina para darla. De otro modo, habría parecido
imposible de cumplir la orden.
Mientras
los discípulos siguieron a Jesús durante tres años y medio, aprendieron mucho
de su autoridad. Les mostró que tenía autoridad sobre la enfermedad (Mt. 4:23)
y la muerte (Jn. 11:43-44). Él les dio a
sus discípulos el mismo poder que Él tenía para vencer a la enfermedad y a los
demonios (Mt. 10:1). Estableció que tenía la autoridad de perdonar pecados
(Mt. 9:6) y de juzgar a todos los hombres (Jn. 5:25-29). Y probó que tenía la
autoridad de dar su vida y volver a tomarla (Jn. 10:18).
La sumisión
a esa absoluta autoridad de Cristo no es una opción; es su obligación suprema.
JOHN MACARTHUR - (Devocional "LA VERDAD PARA HOY”)