"...servíos por amor los unos a los otros" Gálatas 5:13
No vas a prosperar en
la vida a menos que estés conectado con las personas adecuadas. Y quienes te
van a ayudar a tener éxito no siempre van a venir a ti; lo normal es que tú
vayas a ellos. ¿Por qué crees que hay un quiosco de periódicos en cada esquina
y un dispensador de bebidas en la recepción de los hoteles? El éxito no llama a
tu puerta; tienes que salir y buscarlo. Jesús no estableció un trono en el
centro de cada ciudad y dijo 'Aquí es donde me podéis encontrar'. Él fue a los
mercados, a las barcas de los pescadores, a la sinagoga, a las casas de la
gente. Él pasaba "...por todas las
aldeas anunciando el evangelio y sanando por todas partes" (Lucas 9:6).
¿Qué te está impidiendo
que te acerques a otros? ¿Miedo al rechazo?
A menos que tus anhelos sean más
importantes para ti que el miedo al rechazo, nunca prosperarás. Las
personas de éxito también temen el rechazo; la diferencia radica en que éstas
creen que sus metas están por encima de eso. Existen dos clases de personas en
tu vida: las que saben que tienes algo que ellas necesitan y las que no lo
saben. Comienza una "lista de contactos". La ley de las relaciones
humanas nos indica que todos estamos separados solamente por cuatro personas de
alguien que necesitamos. Es decir, tú conoces
a Pedro, que te lleva a Roberto, que conoce a Luisa, que conoce a
Martín, que es la persona a quien quieres llegar. Ya tienes muchos contactos.
Simplemente hay que unir los puntos de esa red imaginaria para llegar a tu
destino. El éxito siempre comienza en un lugar, en un momento y con alguien
determinado. Pero la clave está en que tú des el primer paso para acercarte.
"Por amor de Sión no callaré y por amor de Jerusalén no
descansaré... hasta que restablezca a Jerusalén y la ponga por alabanza en la Tierra.. ." (Isaías
62:1-7)
BOB Y DEBBIE GASS - (Devocional "LA PALABRA PARA
HOY")